Habéis rescatado, casi del olvido -salvo raras excepciones-, al burro, ese animal noble y muy apegado al ámbito rural de nuestros pueblos, con este reportaje en vuestra sección de la Fauna de nuestra Montaña. Porque quién más quién menos, no tuvo cerca de él a este animal?, e incluso se subió a sus lomos para que le llevase hasta el majuelo, el colmenar, el palomar, el río... Porque el burro hacía sus servicios en el ámbito rural, ayudaba a transportar pesadas cargas de uno a otro lugar. E incluso de chavales, un paseo en burro era toda una aventura que gustábamos realizar cuanto antes en nuestros núcleos rurales. Así que está bien el recuerdo que hacéis de este animal de compañía, Froilán y José Luis. Saludos.

Estoy de acuerdo con la definición de que el burro es un animal noble que ha acompañado a la Humanidad durante 3000 años. El burro quedará en los anales de la historia como el animal que acompañó a Jesús en la entrada a Jerusalén, el compañero de Sancho Panza, que no olvidemos que es la voz de la cordura en el Quijote, y el burro es el animal inspirador de Juan Ramón Jiménez en una de sus más famosas obras literarias, Platero y yo. Pero el burro está en el peligro de extinción, va perdiendo la batalla contra la maquinaria, aunque esta no podrá nunca suplantar lo que un animal nos puede dar, ahora los burros son más animales de lujo, y de compañía en muchos casos, nunca un robot puede dar el cariño que se tiene a un animal o las vivencias que llevamos en el recuerdo cuando el censo de burros era casi igual al de las familias, quién no ha tenido antaño en su familia un burro o una mula, es triste que vayan desapareciendo, hay recuerdos que ya no se repiten.

Buenos días Froilán
Hoy domingo, homenaje al burro.
Que recuerdos de infancia me trae la referencia. Qué habilidad tenían, sobre todo las burras, para tirarte sin dar el mínimo brinco, solo con 2 giros. Y, cómo no te esperabas por dónde iba a girar, las caidas eran molonas, molonas. Muchas roturas de brazo viví de otra manera años después, y que me hizo pensar la suerte que tuve yo en las mias. Por cierto, sé que no hay riesgo de extinción en España mientras haya Parlamento.

Ya leí lo del burro. En el diario palentino deben estar contentísimos de la forma en que enalteces el artículo y lo haces atractivo. Yo le dejé un comentario. Mira a ver si si llegó porque yo no lo veo.

Yo conocí de primera mano a un viejito que vivía solo como tantos en la montaña Tenía un burro y una vaca, y todas las mañanas, con esfuerzo pero con maña, lograba subirse al burro. Había encontrado la forma: colocó varias piedras en un rincón del corral, y desde allí, con paciencia, montaba.
Cada día, con el sol apenas despuntando, cargaba al burro con los alimentos de la jornada y tomaba la cuerda de su vaquita lechera. Juntos salían a pastar. No regresaban hasta la tarde.
Recorrían los mismos caminos, pasaban por los mismos campos. El burro avanzaba con su paso tranquilo, la vaca lo seguía dócil, y él, montado, los guiaba con la mirada perdida en el horizonte. Quizás en los recuerdos.
Al caer el sol, al llegar de nuevo a casa, se bajaba en el mismo sitio, apoyándose en las piedras como siempre. La vaca le daba leche; él le daba compañía. Tal vez, en ese sencillo ritual de cada día, también encontraba la ilusión de vivir.

Los burros han sido protagonistas de trabajos en el campo, o de transporte a sus lomos. Por eso hoy esa foto en blanco y negro del burro de Herreruela de Castillería me recuerda a mis abuelos, el burro era su mejor herramienta de trabajo. Completa información como siempre y excelentes fotografías de Estalayo. Me ha llamado mucho la atención el estupendo comentario de FGC, que recuerda burros de la historia, o de la literatura: el que montó Jesús, el de Sancho Panza, y Platero que montó Juan Ramón Jiménez con su imaginación. Interesante también y muy humana la historia que nos cuenta un anónimo del viejito, el burro y la vaca.
Mucho he aprendido hoy de un animal que de chaval me dio muchas satisfacciones cuando monté los burros que tenían mis abuelos. ¡Vivan los burros¡.

Los comentarios, sin duda, ayudan a completar la información que a veces se nos queda en el tintero. Hoy habéis sido generosos, aunque esta sección no acaba de despegar. Pero ahí queda en la hemeroteca para su consulta y revisión correspondiente que pueda mejorarlos. Gracias a todos.

En Charlas de café, una bitácora simpática, le dedican un buen número de coplas de las que rescato estas cuatro:

No debiera ser insulto
el nombre del fiel jumento
y con firmeza yo siento
que merece nuestro indulto.

No hay por qué llamarle asno
al ignorante que embarra,
pero sí al que se amarra
y feliz queda en el atrio.

Si a quien le dicen borrico
su ira al momento inflama,
el animal no hace drama
así tires de su hocico,

ni aunque le digas pollino
el burrito bondadoso
no se va a poner mañoso
como el humano mezquino.