El plagio a Carlos Rivera
La UPV investigaba la denuncia presentada por el autor de una tesis aprobada "cum laudem" en la Universidad de Barcelona en 1999.
El rector entonces, Juan Ignacio Pérez, decidió tomar cartas en el asunto. El plagiado, Carlos Rivera remitió una carta donde señalaba que el director de investigación "ha usado explícitamente y sin ningún conocimiento (y por tanto consentimiento)" parte del material de la tesis doctoral que, él mismo le proporcionó a través de disquettes entre los años 1997-1999 con el fin de agilizar la revisión de su texto.
Dicha apropiación, siempre según la versión del afectado, se realizó al menos en dos ocasiones, a saber: en la memoria de investigación que éste presentó para optar al grado de catedrático de la UPV en septiembre de 2003 y en el libro que se puso a la venta a un precio de 16 euros.
El antiguo doctorado informaba en su escrito que en el libro se había producido una copia "literal".
El profesor acusado sólo admitió una transformación de parte de su contenido.
El denunciante asegura que la copia se extiende al 51 por ciento del libro de Arriola, abarcando 112,5 de las 217 páginas de que consta la obra. Hecho, además, cotejado por los medios que hacen pública la noticia.
Fuentes consultadas: "El Correo". "El País"
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.661.600 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +786.400 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Práctica muy habitual esa de plagiar. Hay casos muy notables en el campo de la novela que no voy a mencionar aquí. En la Universidad es todavía más grave. Yo tuve un profesor en primero de Periodismo que se marcó un tocho de mil demonios a base de juntar trabajos de los alumnos. Ni qué decir tiene que ese tocho era de adquisición obligatoria para aprobar la asignatura.
ResponderEliminarQué triste! Dónde está el profesor admirado que te abría los horizontes de la mente y conseguía siempre entusiasmarte incluso, a veces, doy fe, en las materias más temidas? No existe ya el profesor vocacional? Todos hemos conocido alguno, seguro que estais ahora mismo pensando en alguien de vuestra infancia, o más bien adolescencia, que abrió a vuestros ojos panoramas insospechados. Patética esta noticia.
ResponderEliminarRocambolesco. Pero estos casos se dan, aunque espero no se prodiguen.
ResponderEliminarA éstas pueden añadirse otras prácticas: aprovecharse del trabajo de "negros" de los laumnos para investigaciones o estudios; dar la misma conferencia un buen puñado de veces; impartir una materia de la misma forma durante años y años.