«Polvo, niebla, viento y sol, donde hay agua una huerta.
Al norte los Pirineos, esta tierra es Aragón».

Cantautor(24 LP's), profesor de instituto (Teruel y Zaragoza), político y escritor (25 obras publicadas), periodista, articulista, analista político, conductor de programas de televisión (Un país en la mochila), hombre de izquierdas... ayer nos dejaba José Antonio Labordeta. Nacido en Zaragoza, el 10 de Marzo de 1935, su voz comprometida con la democracia nos llegaba con el álbum "Cantar y callar"(1971), no sólo como propuesta para el mundo sino también como himnos a su tierra:
Pregonero de las Fiestas del Pilar
Un pregón que se le resistía
De parte del señor alcalde de esta inmortal ciudad de Zaragoza, don Juan Alberto Belloch, se hace saber que hoy se inician las festividades en honor de nuestra Señora de la Virgen del Pilar. Paisanas y paisanos, forasteras y forasteros; extraterrestres en general: Estamos sobre un suelo con más de dos mil años de antigüedad por el que han vivido los íberos, —los famosos
saldubienses de las cantas populares—, arrumbados por los romanos que, cansados de las guerras del norte, se asentaron aquí y nos fundaron: nos llamaron la
Caesaraugusta, ¡casi "ná"! Y con ellos tuvimos Cardo y Decúmena, Foro, Teatro y Puerto Fluvial, Murallas y Coso. Estábamos dispuestos a ser una de las ciudades más hermosas de la urbe romana; pero entre árabes, cristianos, franceses y constructores recientes nos fueron dejando en la más viva pelota: Unos nos dejaron la Aljafería, y la denominación de Albaida, la ciudad blanca; menos mal: los franceses, si nos descuidamos, en lugar de haber sido Waterloo la tumba de Napoleón, hubiera sido Zaragoza. Pero si quedaba algo de la gran urbe romana los constructores acabaron tan radicalmente con todos los restos históricos, que ni la mayoría de los palacios renacentistas soportaron la piqueta de la especulación: la vieja e histórica ciudad sucumbió bajo tanto derribo: Donde había un agujero, ¡una casa! Y así hasta que se pinchó la burbuja: ¡Pum! Pero nos queda el humor, el sentido del humor: El humor surrealista de ser puros monegrinos y hacer de la huerta nuestra mejor señal de identidad: Los tomaticos zaragozanos, los alberges de la ribera, las ciruelas y las lechugas y las borrajas. Todo a punto para ser felices. Bajamos a la ribera del Ebro pensando que es el Sena y, nostálgicos centroeuropeos, miramos el Huerva y el Gállego con la nostalgia de los canales que atraviesan aquellos países del norte. Cuando volvemos a la realidad nos decimos: A Zaragoza o al charco, porque menudas narices tiene tu padre como para que le quiten la boina. Y lo habían dejado en pelota viva los asaltadores en la ahora civilizada zona de Pinseque. Y así entre derribos y solares, llantos y alegría, imaginación y buen rollo, somos capaces de criticarnos a tope mientras soportamos este maravilloso clima que nos derrumba el sol, nos arrastra al cierzo y nos hace que una jota bien cantada, en la suavidad de una noche serena, nos ponga los pelos de punta y la nostalgia nos llene de ternura por esta ciudad romana, arábiga, judeocristiana que podía haber sido Roma pero que es Zaragoza: Somos igual que nuestra tierra suaves como la arcilla duros del roquedal. Hemos atravesado el tiempo dejando en los secanos nuestra lucha total. Vamos a hacer con el futuro un canto a la esperanza y poder encontrar tiempos cubiertos con las manos los rostros y los labios que sueñan libertad. Somos como esos viejos árboles. Señor alcalde: Ojico con el tranvía y vivan las fiestas del Pilar.
Última actualización, Ene2025 | +539👀
Qué grande era. Y además de todas las facetas que mencionas, Laborderta era y sigue siendo un ejemplo de conducta y compromiso para todos.
ResponderEliminarEn mi faceta como cantautor por tierras castellanas yo llevaba varios temas de Labordeta, junto a otros de Pablo Guerrero, Pablo Milanés...
ResponderEliminarDe ahí el doble recuerdo si se quiere a una forma de ser y de actuar que nos sirve de ejemplo.
Ha muerto un artista de los de "estar por casa" que luchó, cantó y escribió por y para la libertad.
ResponderEliminarSon muchos los recuerdos que guardo de José Antonio Labordeta: A los 17 años acudí con unos amigos a un concierto clandestino en Zaragoza. Ni lo pudimos ver, ni aplaudir, llegó la policía y “sálvese quien pueda”, qué manera de correr para evitar a los temidos grises.
ResponderEliminarCanturreé muchas veces estas frases de un tema suyo que decía “Arremángate la tripa que ya llega la calor”. Seguí con admiración su serie “Un país en la mochila”, y admiré sus intervenciones en el senado como diputado por la Chunta Aragonesa. Un fenómeno en todo lo que hacía me entusiasmada. Admirable también su pregón por las Fiestas del Pilar.
Gran cantautor de la España franquista. Estuve en Zaragoza hace dos meses y los maños lo tienen en el recuerdo, pues un gran parque lleva su nombre.
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