topimage

El bufón y el campesino




Un noble rico una vez abrió un teatro sin cobrarle a la gente, y públicamente anunció que él recompensaría generosamente a cualquier persona que inventara una nueva diversión para la ocasión. Varios ejecutantes públicos compitieron por el premio. Entre ellos vino un bufón conocido entre el pueblo por sus bromas, y dijo que él tenía un nuevo entretenimiento que no había sido presentado en ninguna ocasión anterior. Este informe se extendió rápidamente y provocó gran excitación, y el teatro de llenó.

El bufón apareció solo sobre la plataforma, sin ningún aparato o ayudantes, y por la misma expectativa se produjo un silencio intenso. De repente, dobló su cabeza hacia el pecho e imitó los chirridos de un pequeño cerdo tan admirablemente, que el auditorio declaró que de seguro él tenía un cerdo bajo su capa, y exigió que debiera quitarse la capa y sacudirla. Cuando lo hizo y no se encontró nada, el público aclamó al actor.

Un campesino en la muchedumbre, observando todo lo que había pasado, dijo:
—¡Ahora Heracles, ayúdame, él no me vencerá con ese truco!— e inmediatamente proclamó que él haría la misma cosa al día siguiente, aunque de un modo totalmente natural.

En la mañana, una muchedumbre todavía más grande se reunió en el teatro, pero ahora la parcialidad para su actor favorito prevalecía muy extendidamente, y el auditorio llegó sobre todo para ridiculizar al campesino y no específicamente para ver el espectáculo.

Ambos ejecutantes aparecieron en la escena. El bufón gruñó y chilló primero, y obtuvo, como durante el día precedente, los aplausos y las aclamaciones de los espectadores. Después el campesino comenzó su presentación, y actuando como que él ocultaba a un pequeño cerdo bajo su ropa (que en verdad era así, pero que no era sospechado por el auditorio) buscó la forma de coger y tirar de la oreja del cerdo y así logró hacerlo chillar.

La muchedumbre, sin embargo, gritó por unanimidad que el bufón había dado una imitación mucho más exacta, y pidió al campesino a gritos que saliera del teatro.

Entonces el granjero sacó al pequeño cerdo de su capa, y mostrándolo, le dio al público la prueba más positiva de la gran equivocación en su juzgamiento.
—Miren -dijo él-, esto demuestra qué clase de jueces son ustedes.

—Los prejuicios son la base de los grandes errores.


Ultima actualización, Ene2025 | +436👀

SOBRE ESTA BITÁCORA

Author image

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.661.600 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +786.400 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!

1 comentarios en el blog:

  1. Los prefuicios siempre han sido la mayor atadura de las personas...
    Abrazo Froi,

    ResponderEliminar

Puedes comentar libremente. Agradezco tu participación. Sé prudente y respetuoso al exponer tus juicios. Escribe en minúsculas. Puedes poner tu nombre o comentar como anónimo. Si no aparece tu comentario al momento, no te preocupes, es que ha pasado a moderación porque se trata de un post viejo, pero enseguida lo apruebo.

PUBLICIDAD

EN PORTADA | DE PASEO POR LEÓN | ☻580 👀 |

Basílica de San Isidoro

De paseo por León Estos grandes momentos históricos son conmemorados solemnemente, por el pueblo de León, en la Real Colegiata y en su incom...