El hombre rico y el curtidor
Un hombre rico se mudó a vivir cerca de un curtidor, e incapaz de aguantar el olor desagradable de la curtiduría, presionó a su vecino para que se marchase de la vecindad.
El curtidor aplazaba su salida una y otra vez, diciendo siempre que él se marcharía pronto. Pero como pasaban los días y no se iba, con el paso del tiempo, el hombre rico se acostumbró al olor, y no sintiendo ya más la molestia, no presentó de nuevo ninguna queja adicional.
El curtidor aplazaba su salida una y otra vez, diciendo siempre que él se marcharía pronto. Pero como pasaban los días y no se iba, con el paso del tiempo, el hombre rico se acostumbró al olor, y no sintiendo ya más la molestia, no presentó de nuevo ninguna queja adicional.
—La persistencia de una situación dada, la llega a hacer imperceptible.
SOBRE ESTA BITÁCORA
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Es como cuando vives en una calle céntrica de una gran ciudad, plagada de ruidos, y con el tiempo te acostumbras hasta tal punto que ni lo oyes ni te molesta...
ResponderEliminarUn abrazo Froi TQM amigo,