Balances sobre la escuela

Así que tenemos que preguntarnos por la suerte de la enseñanza, por lo menos desde que el sistema de Chigaliov, del que Dostoievski nos habla en su novela "Demonios", ha obtenido ya un gran triunfo: "Cicerón tendrá la lengua cortada, Copérnico los ojos saltados, Shakespeare será lapidado. ¡He aquí el chigaliovismo! Los esclavos deben ser iguales, y todos los esclavos son iguales en la esclavitud... La primera cosa que hay que hacer es rebajar el nivel de instrucción, de ciencias y de talentos". Y tenemos que dar la razón a Aldous Huxley cuando se lamenta acerbadamente de que la enseñanza primaria universal, algo tan necesario y esperanzador, se hubiera convertido, de hecho, "en el instrumento más eficaz del dominio del Estado, ha servido para la militarización de las masas y ha expuesto a millares de personas a la influencia facilísima de la mentira organizada y a la seducción de distracciones contínuas, imbéciles y degradantes".../
Antes de que surgieran los horrendos totalitarismos del siglo XX. Europa fue avisada insistentemente, y en balde, de que así serían las cosas, pero no sé si ahora mismo queremos escuchar mejor esos avisos. No lo sè y no me atrevo a esperarlo.

José Jiménez Lozano