La cigarra y la hormiga
La Cigarra, después de cantar todo el verano, se halló sin vituallas cuando comenzó a soplar el cierzo: ¡ni una ración fiambre de mosca o de gusanillo!
Hambrienta, fue a lloriquear en la vecindad, a casa de la Hormiga, pidiéndole que le prestase algo de grano para mantenerse hasta la cosecha.
—Os lo pagaré con las setenas, -le decía-, antes de que venga el mes de agosto.
La Hormiga no es prestamista: ese es su menor defecto.
—¿Que hacías en el buen tiempo?” -preguntó a la pedigüeña-.
—No quisiera enojaros -le contestó-, pero la verdad es que pasaba cantando día y noche...
—¡Bien me parece! Pues, mira, así como entonces cantabas, baila ahora.
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.661.600 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +786.400 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Qué mala gente la hormiga, yo no podría negarle alimento aunque hubiese estado cantando, ya se que la hormiga se la pasa recolectando alimento para el invierno pero la cigarra hacía lo suyo, cantar!!!
ResponderEliminarBesazo Froi y buen fin de semana TQM,