Hablar mal de los otros
Quizá convenga detenerse un momento a pensar en esta institución de la maledicencia.
Frente al bien decir se alza monumental la figura del mal decir. Cuando en el lenguaje habitual alguien no dice bien es preocupante, le corresponde, sobre todo si es aún joven, comenzar a espabilarse y ocuparse de nombrar bien lo que quiere expresar, y los términos en que se dirige a sus iguales, y a sus Otros más cercanos, y aprender a decir lo que se debe decir y en el momento en que se debe decir, cuándo se debe hablar para no decir nada, y cuándo se debe decir algo alto y claro sin necesidad de hablar.
Pero de la maledicencia nos interesa aquí su versión 'contra alguien'. Y aquí se me ocurre que hay dos aspectos, el arte y el goce.
No hay que confiar nunca mucho en quien siempre nos habla mal de los otros. Al menos sin asegurarnos que sabe decir otro tanto de sí mismo.
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Hablar mal de los demás, por las espaldas, la mayor parte de las veces sin que haya motivo, ni causa, sin que les haya hecho nada malo el calumniado a los demás, es el deporte nacional, qué cosa más absurda, se inventan las mentiras que dicen malas de la gente, es como si así quisieran limpiar sus miserias, sus desengaños pasados y sus toxicidades, como si quisieran lavar sus desgracias y errores, a costa de inocentes. Como destaques en algo, simplemente te odian.
ResponderEliminarGente que te mira mal sin que la conozcas más que de vista, o sin haberla visto nunca, sin haber ni siquiera hablado con ella jamás, sin que sepan nada de tu vida que sea cierto, es algo terrible porque no sabes qué es lo que han dicho de ti, y sin ni siquiera poder defenderte, tiene que resbalarte o si no estás perdido, hay que andar con cuidado porque te pueden hundir totalmente. La cuestión es que tu progreso en la vida depende muchas veces de las opiniones ajenas, de lo que quieran dar, y si tienen un mal concepto sobre ti, evidentemente te perjudica obstensiblemente, en tus posibilidades de lograr tus objetivos, y hacer realidad tus proyectos.
ARTURO KORTÁZAR AZPILIKUETA MARTIKORENA ©
Fotografía del Arenal, parque regional de Gredos. Ávila, Comunidad de Castilla y León
Llevas mucha razón, Arturo y complementas en buena medida lo que dice el maestro. Gracias por comentar.
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