Ácido Fénico

Dice el suelto en cuestión: 

"Es muy saludable, por la obra de saneamiento moral que realiza, la tendencia que parece observarse en los Juzgados de Madrid, en los pleitos promovidos por los usureros. Ahora uno de ellos, que figuró mucho en una estafa célebre, ha sido condenado en un asunto que viene siendo estos días el tema de las conversaciones en la Casa de Canónigos. Se trataba de dos modestos empleados que, en momentos de angustiosa situación económica, recibieron de manos del opulento y famoso usurero una pequeña cantidad. Comenzaron a pagar los crecidos intereses estipulados, faltando en uno de los plazos. Entonces el usurero los llevó a un juicio convenido, en el que quedó sentado que los deudores, además de los intereses y envolviéndola en éstos, pagarían una cantidad mensual hasta tanto que pudieran abonar de una vez el total de la deuda, durase el tiempo que durase. Sujetos a esta condición explotadora e inicua, los empleados han pagado más de tres veces la deuda que, a pesar de ello, seguía siempre en pie.

A reparar esta injusticia ha venido el juzgado del distrito del Hospicio, sentando una doctrina acertadísima.

Ha resuelto el juzgado, accediendo a los solicitado por el letrado señor Rodríguez Escacena, que la cantidad mensual constituía una pena, que el Juez ha modificado al capital un interés del 8 por 100; que las cantidades abonadas por ese concepto se apliquen a la extinción del capital, contándose las ya recibidas, y, por último, lo que es más importante para el porvenir, que se practique la oportuna liquidación, determinando la cantidad cobrada demás por el usurero y condenándole a devolverla. Tal es la sentencia, confirmada con costas para el usurero por la Audiencia el 15 de Abril, que marca un camino nuevo, de satisfacción a la moral y al derecho". Copien de sus colegas de Madrid los Juzgados de esta capital, y en casos idénticos, que abundan por desgracia, procedan y sentencien hincando la espada de la justicia en las entrañas de los usureros, ¡si es que las tienen!.

Cádiz por dentro  6 de Mayo de 1908