Roer los zancajos
Murmurar de una persona aprovechando su ausencia.
No es una frase que se prodigue mucho, aunque es de sobra conocido que todos hablamos con frecuencia de los hábitos y defectos de los demás.
Hay algo que parece evidente: en la televisión triunfan los programas donde se apedrea cada día a una persona. La televisión vive de eso, de montar espectáculo y de darle al público lo que busca en cada momento.
Es más, las distintas cadenas suelen poner a un defensor del espectador, que viene a echar más leña, sacando a la luz nuevas causas y defectos del apedreado.
Quevedo explica que roer los zancajos, es decir o murmurar mal de alguien en su ausencia. Y dice más: "el que hace esto se parece a los gozquecillos que ladran y muerden en los pies, por detrás, a los perros grandes, huyendo luego."
Quien me roe los zancajos
es un goloso muy sucio;
si diese tras los juanetes,
metiérame a calzar justo.
Última actualización, Feb2025 | 506👀
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Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos (Madrid, 14 de septiembre de 15801 – Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645), conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de Oro.
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