Adelina Méndez
A veces tenemos la impresión de que no merece la pena esforzarse tanto porque nuestro empeño no interesa a nadie. Hasta que nos despabila el ingenio y la lucha de personas que nunca se rindieron buscando el eco de su denuncia. Los ejemplos se suceden a diario en todas partes. Muchas personas, con historias importantes que contar, no encuentran el medio ni el apoyo para que trascienda.
El 15 de julio de 1902 en un artículo publicado en “El Nervión” afirma: “las niñas salen de la escuela precisamente cuando debieran entrar en ella y por consiguiente no las educamos nosotras, sino el mundo, y todos callamos sin protestar por el abandono en que se las deja". Y organizó una escuela de adultos e impartió docencia gratuitamente. "Adelina ya plantea, —cuentan sus mentoras—una educación bilingüe”. Para terminar, me quedo con las palabras del alcalde en la presentación del libro: "La figura de esta mujer asturiana, bilbaína de adopción, fue clave en el desarrollo de la educación de la sociedad de la Villa, que solo se entiende desde el impulso y el infatigable trabajo que realizó desde la Escuela”.
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.661.600 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +786.400 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Aupa Adelina!
ResponderEliminarNo conocía yo esta historia! Gracias por acercarnos a ella!!
Un saludo,
Olaia
Buenos días, Oli. En el enlace que añado a pie de post se encuentra un poco más de su historia que ahora se ha recuperado en un libro. A instancias de Adelina, el Ayuntamiento de Bilbao, estableció en 1903 las primeras Escuelas Nocturnas de Adultas y en 1911 creó la cantina Escolar. En ella distribuyó la comida y la regentó durante catorce años. Un abrazo, Olaia, y gracias por tu comentario.
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