Los primeros cinco kilómetros del río Pisuerga
El río Pisuerga nace en el municipio de La Pernía, al norte de la provincia de Palencia y desemboca en el río Duero, cerca de la localidad vallisoletana de Geria.
Si fuera río, sería Pisuerga tocando la montaña, inquieto navegante hacia la capital de los pintores, esperando paciente la luz crepuscular de Requejada, después de haberle echado un pulso al tren, el de La Robla.
Una vez compuse una canción al ritmo del "dios de la Pernía", un poeta de raíces profundas que sucumbió a los éxitos, pero que ganó este condado con unos hondos versos. De allí de aquella causa, arrancó entonces mi estribillo:
Y es que es bonito navegar
entre el Pisuerga y el Carrión
viendo la tierra sucumbir
a impulsos suaves de azadón.
Agradezco que te muestres complaciente, lector, que te interrogues sobre detalles que a mí se me confunden, que no alcanzo a entender, que han pasado a mi lado en algún momento y no he podido transcribir porque, sea como sea, la vida nos alcanza.
Si fuera roca, sería Peña Tremaya, porque desde su cima se contempla a lo ancho y a lo largo "La Pernía". Porque siempre, en los años que tengo y en los años de mis padres, y en los de mis abuelos; en los años aquellos de Doña Elvira, cuando cantó la muda, digo que, en todos estos años, la he visto siempre enhiesta, como reafirmando su intervención en nuestra historia.
Pero si no pudiera ser río ni roca, seguro que sería témpano de silencio, flotando sobre cualquiera de estos montes, entrando con el frío de la feria de agosto en los hogares, arrebatando el llanto del labrador, el triste pensamiento del minero, la importancia tan grande de la mujer en todos y cada uno de los menesteres de esta tierra, emulando a Blanca de Castilla, hija de los reyes de España, reina y regente de Francia, madre del Rey San Luis.
En alguna parte dejé escrito un artículo que hablaba del silencio: "La Tierra -decía entonces, hoy quiero dejar constancia en estas páginas de ello-, que era todo su vida, que prometieron no abandonar; la paz, que con tanto regocijo degustaron, todo se vuelve contra ellos, contra nosotros, que buscamos a toda costa el ruído, tal vez, la comodidad en materia educativa, sanitarias, tal vez por el invierno. "Huímos de nuestra soledad para encontrar la que detestan otros".
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¡Pero qué bien escribes, desde hace tiempo, condenao de Froilan! Yo no quiero ser ni río ni roca, quiero saber escribir como tú. Dan ganas de conocer el origen de vuestro Pisuerga. Espero que sea muy pronto. Mi felicitación también para tu fotógrafo, Estalayo. ¡Qué maravilla!
ResponderEliminarPreciosas cascadas, realmente parece un lugar mágico.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir estos parajes.
Jodío @Julián, tú que me miras con buenos ojos. Más que escribir bien, echarle sentimiento, que es lo que me provoca asomarme a mi tierra. @José Carlos, lo es. Es un lugar mágico. Gracias por la visita y el comentario.
ResponderEliminarEl nacimiento del río Pisuerga es un verdadero paraíso conformado por el agua, el musgo, las flores, las cascadas, la luz y las sombras que acompañan todo el recorrido. Es una auténtica aventura en la que no sabes cuál será la maravilla que se te presentará a cada paso. Uno se siente inmerso en el fantástico mundo de la naturaleza. Es exactamente lo que muestran las fotografías del reportaje y la excelente descripción de Froilán. Quien lo vivió lo sabe.
ResponderEliminarNo eres río, no eres roca, eres de la Pernía, donde nace el Pisuerga y Peña Tremaya es su balcón. Eres inquieto y con brío como este río, que se cuela entre grandes rocas a las que impregna de musgo en su discurrir por parajes recónditos de especial belleza formando colas, cascadas y pozas. Mágicas fotografías que nos hacen sentir el agua, y descubrir este maravilloso rincón de nuestra provincia lleno de magia como todos los que atesora esta comarca.
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