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El toque de las campanas


Convento de San Pablo, Palencia

Cuando, a finales del pasado año, el toque de las campanas fuera declarado, por la Unesco, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, en los estantes de mi memoria desapareció el polvo que cubría el recuerdo de los sonidos de las campanas eclesiales, especialmente cuando -en mi niñez y adolescencia- tañían las de Villafrades de Campos y Palencia.

Y ahora, que Alfonso Santamaría ha tenido la feliz idea de recordarnos -en Curiosón- las fiestas, costumbres y tradiciones de nuestra tierra, he pensado que debía sacar a la luz una de aquellas tradiciones -protagonizada por las inolvidables campanas- que se repetía diariamente y tanto nos dice de cómo era nuestro sentir y vivir de entonces.

Se trata del singular Toque del Ángelus cuando, a las 12 de la mañana, en gran parte de los campos y ciudades cristianas -por supuesto las españolas tan marianas- durante unos minutos se detenía la actividad de muchos para, mirando hacía la procedencia de los -por tres veces repetidos- toques de campana y pausa seguidos del alegre repiqueteo, coincidentes con la hora del Ángelus, que rezabamos.

Mientras esto escribo, se avivan mis recuerdos infantiles en Villafrades, cuando el inolvidable sacristán Ventura hacía sonar puntualmente, en homenaje a la morena Virgen de Grijasalbas, las campanas de la Pajarota y después -en mi adolescencia- ocurría lo mismo desde la espadaña de San Pablo.

Y tengo un especial recuerdo cuando, descansando unos días en la Hospedería de La Peña de Francia, donde se abarcan tan amplios campos, el fraile encargado me permitió tocar sus campanas y me emocionaba el saber que eran muchos los charros que estaban mirando hacia la torre, donde me encontraba, dirigiendo al mismo tiempo su oración hacia su querida Virgen morena.

Esta singular costumbre cristiana, muy parecida a la seguida por los fieles musulmanes -mirando hacia La Meca en sus rezos diarios- ha ido desapareciendo en la cristiandad y me resultó muy grato que, a esa hora y al paso por un pueblo leonés, un día volviera a escuchar el familiar sonido de sus campanas.




Una historia de Julián González Prieto 
© CURIOSÓN

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6 comentarios en el blog:

  1. Desde siempre me han atraído el sonido de las campanas. Afortunadamente aún no se ha perdido del todo pues yo desde mi pueblo las oigo de vez en cuando, aunque ya no tanto, pero siempre ha formado parte de nuestras vidas, unas veces repicando de alegría en las fiestas, otras doblando por un funeral, o tocando en arrebato para avisarnos de algún incendio, etc. Además, es todo un arte el saber tocarlas para cada ocasión. Todo un arte que me fascina.
    Paqui.

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  2. Froilán, tu relato me ha retrocedido a mi pueblo natal, Autillo de Campos, cuando éramos unos crios y los domingos íbamos a la torre a tocar las campanas o la esquila. No se que tendrá tocar las campanas, sabiendo que es un aviso para tanta gente, que te emociona. También recuerdo el lento y funesto "toque a muerto", e incluso en alguna ocasión el toque de "incendio". Un abrazo amigo.

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  3. Mi padre era el sacristán de la de Cantamuga y en algún relato lo tengo recogido, pero es nuestro amigo Julián, desde León, quien nos recuerda esta costumbre en sus memorias. Sus recuerdos han despertado los nuestros, pues casualidades de la vida, Paqui es de Salamanca, tierra a la que también alude Julián en esta entrega.

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  4. ALFONSO SANTAMARIA DIEZ08 marzo, 2023 09:35

    Rememora mi amigo Julián sus recuerdos y nos habla del toque de campanas, un toque mágico, como el del Ángelus, o el que procedía de la torre de su querido pueblín Villafrades, o de su no menos querida iglesia de San Pablo de Palencia.
    El toque de campanas ya ha sido reconocido por la UNESCO como un sonido que forma parte de nuestra cultura. En nuestra provincia los memorables toques de los Campaneros Villotanos, magnifica asociación de Villota de Páramo, nos trasladan con el sonido de sus campanas móviles que recuerdan toques divinos y humanos, un espectáculo maravilloso del que pude disfrutar en Palencia, capital en febrero, dentro de los actos de nuestra patrona, al que haré referencia junto a los pendones en mi serie de Ferias-Fiestas-Romerías y Tradiciones de Curiosón.
    !!Qué suenen las campanas¡¡


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  5. Herminio Revilla08 marzo, 2023 13:03

    Froilán, me encanta el artículo de hoy dedicado al toque de las campanas, esto me hace retroceder a mi niñez , cuando a las 12 en la Ermita del Carmen todos los días el ermitaño las hacía sonar anunciando El Ángelus, y todos los labradores del valle dejaban de labrar la tierra con el arado romano tirado por vacas o bueyes para ponerse a rezar. Pero otra cosa muy importante es que cada toque transmitía un mensaje como el código Morse.

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  6. Queridos amigos Paqui, Julius, Froilán, Alfonso y Herminio: Como coincidís los cinco en lo que os ha supuesto mi recuerdo del toque de las campanas, que formó parte de nuestras vidas, mi agradecimiento también es conjunto para vosotros y me alegra saber que os ha servido para evocar tan gratos recuerdos. Un abrazo

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