Un mundo a la deriva
Vivimos tiempos convulsos. No podemos cerrar los ojos a tanta acritud como se nos muestra cada día. Hay un hilo diario de violencia y muerte por doquier, que no podemos obviar, como si la muerte, que es un hecho palpable y ocurre cada día, no fuera con nosotros. Sabemos que ocurre a veces, les pasa a los demás, lo vemos por la tele, que un hombre ha matado a su esposa, que un hijo ha matado a sus padres, que una joven se ha suicidado; que un joven ha entrado en una escuela con un arma y ha matado a todos los que ha podido, no sabemos si lo ha hecho para alcanzar la fama o por probar qué siente uno matando a los demás sin conocerles de nada, aunque Sartre ya anunciaba que la violencia era un fracaso y Mari McCarthy, una escritora y ensayista americana se mostrara convencida de que con la violencia olvidamos quienes somos.
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| Charles Budelaire fotografiado por Gaspard-Félix Tournachon |
“No hay motivos para la esperanza, sólo para la resistencia. Nuestra obligación es aguantar los vientos fétidos de la idiotez y el pudrimiento del mundo», así se expresa el filósofo Félix de Azúa, estudioso de la obra de Baudeleaire, que lo dirá, seguramente, por tantas cosas que a diario, en todos los frentes, entorpecen el ritmo de la vida, nos desalientan, nos deprimen y desgraciadamente influyen después en las decisiones que tomamos. Lo increíble es que cientos de personas sigan enganchados a esos programas del famoseo, “algo habrá que ver”, “con algo me tendré que entretener", te dicen y enseguida se les pega ese mal de juzgar a todo el mundo por lo que dicen de ellos estos chiquilicuatres, que ejercen de periodistas sin haber estudiado para ello.
Es la educación que recibimos, lo que luego encontramos a espuertas en cualquier sitio, sin entender bien hasta donde llega lo de cada uno y quien nos defiende de los bárbaros. No creo, como dice Felix, que no haya esperanza; lo que no hay es tiempo para cambiarlo todo y que se entienda. Pero también es verdad que todo pasa, como dijo el poeta, y que estamos obligados a buscar lo bello sin abandonarnos a ese pesimismo que por momentos no deja ver el cielo. Del pesimismo extrajo Baudelaire la poesía más grande de su siglo. Durante ocho años trabajó minuciosamente en “Las flores del mal”, lo que constituyó su principal obra y marcó un hito en la poesía francesa.
LA MADEJA
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino
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Amigo Froilán: Sin quererlo, he pasado sin comentar tus últimas, sentidas y profundas Dosis de Amor. Y el descubrimiento de lo que fue tu revista Pernía por "La Casa del Amigo" de Alfonso Pasca, donde das a conocer, indirectamente, el gran valor que das a la amistad. Y ahora este "Mundo a la deriva", en que nos muestras con tanto realismo y crudeza, la situación en que estamos, eso sí, siempre abiertos a la esperanza.
ResponderEliminarPor todo y por encabezar hoy nuestro querido Curiosón con la Pulchra Leonina, gracias
Una madeja negra sobre un historial de muerte y violencia que pasa cada día sin que podamos hacer nada por detenerlo. Fíjate, amigo Julián, cómo también la vida te abre puertas para conocer otros rincones, como ese León de tus entrañas y para llevar nuestra amistad a lo más alto. Gracias a ti. No dejes de leer las últimas dosis de amor que repongo estos días. Cuídate y cuida de Mila. Un abrazo.
ResponderEliminarA pesar de todo lo malo que existe a nuestro alrededor, y que se hace cada vez más cruel por momentos, siempre, a la persona, le puede la esperanza de que eso se solucionará e intenta cabalgar por la vida con la mirada puesta en esa máxima. Que así sea. Saludos.
ResponderEliminarCierto es, y por eso seguimos y volvemos a ilusionarnos. Pero es un goteo diario de historias descarnadas. Tal vez influya también la edad, el momento, porque la violencia existe desde que el mundo es mundo, pero asusta un poco esa facilidad que tenemos de pasar página. Gracias por tu aporte, Javier. Un abrazo.
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