Aquellas remotas y fabulosas fábricas de gaseosa
Hubo un tiempo en el pasado de nuestras vidas, en el que muchos de los pueblos de nuestra provincia de una cierta importancia por su número de habitantes, disponían cuando menos en su haber industrial de una pequeña fábrica de gaseosas, cuyo producto elaboraban artesanalmente en su mayoría. Y desde cuya ubicación se cubrían las necesidades tanto del propio pueblo como de otros más de la comarca, en cuanto a esta bebida se refiere; que comenzaba a gozar de una gran demanda a nivel particular en los propios domicilios. Y era muy solicitada, de otra parte, en bares y restaurantes; aquí bajo diferentes nombres añadidos, como eran el agua de Seltz, la soda o el sifón.
Una gaseosa para cuatro, ¡por favor!, se escuchaba de pronto al fondo del bar…
Eran otros tiempos…, demasiado lejanos ya.
SOBRE ESTA BITÁCORA

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Leyendo sobre la gaseosa se siente cierta nostalgia de aquellos años no tan lejanos. Yo recuerdo muy bien cada semana al repartidor de gaseosas en mi casa, teníamos un envase de 12, de esos de madera y cada semana reponíamos, no recuerdo ya casi la marca, sé que de últimas era San Miguel, La Revoltosa o La Casera, pero estoy segura de que antes hubo otras marcas locales conocidas de las que ya no me acuerdo y seguro habrán desaparecido. Ahora solo queda el coleccionismo de esas botellas tan bonitas que recuerdan viejos tiempos.
ResponderEliminarLa gaseosa Fuenteclara, ¡qué recuerdos de infancia!
ResponderEliminarQué bonita descripción, y cuántos recuerdos. Aquellos tapones de cristal que, si teníamos suerte u pillábamos alguno, luego nos servían de "bolas" o canicas de lujo para jugar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por cierto aunque se abrían y cerraban muchas veces, nunca perdían el sabor ni la fuerza. Un abrazo
ResponderEliminarEn Galdácano teníamos una.
ResponderEliminarMe he pasado un buen tiempo intentando recordar las que solía ver de pequeña y acabo de acordarme de algunas más: la Serrana y Carbónicas Molina en Salamanca y Genfis, que creo que es de Valladolid. Un bonito tema, la verdad.
ResponderEliminarMadre mía!!! Cuantos recuerdos. La casera, la casera cola, también la mirinda... Qué tiempos... Un placer leerte. Saludos
ResponderEliminarOtra historia cercana, pero lejana nos relatas hoy Javier: la gaseosa y sus fábricas. De las que citas todas ellas las he conocido, sobre todo las palentinas, especialmente, Espumosos Colón, Fuenteclara y la Adelina. Recuerdo al repartidor de Espumosos Colón que hacía el reparto por Palencia en un carro tirado por una mula. Fuenteclara fue la última en cerrar y todavía persisten sus instalaciones en el polígono industrial, junto al matadero. Fuenteclara fue pionera en fabricar cola, naranja y limón. Hasta hace un año se podían ver las antiguas instalaciones de Gaseosa La Adelina, en Baños de Cerrato junto a la basílica y la fuente visigoda. Buen relato Javier que nos traslada a épocas lejanas, pero que permanecen en nuestros recuerdos.
ResponderEliminarAgradezco muy sinceramente esta gran acogida que ha tenido aquí en el Blog mi entrada sobre las fábricas de gaseosa de antaño. Y me uno a esos bonitos recuerdos que os ha hecho revivir mi relato; aún con el regusto dulzón y el cosquilleo del líquido elemento en la boca. Muchas gracias por vuestros comentarios tan cariñosos. Hasta una próxima entrada. Saludos.
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