Palencia-Romería-Santo-Toribio-Pedrea-Pan-y-Quesillo
Una de las celebraciones más populares de Palencia es la romería de Santo Toribio, y la posterior pedrea del “pan y el quesillo”, que este año se celebra el domingo 27 de abril. Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, el 6 de mayo de 2005, y sigue su curso para ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
![]() |
La Pedrea. Foto Alejandro Pérez García. |
Cuaderno de anotaciones
Este año se lanzarán 9.000 bolsas, y otras 3.500 se venderán a 1,50 euros en la caseta de la Asociación, 1.500 se han destinado a colegios con la pretensión de que la tradición llegue a los niños. Bajo el balcón se congregan impacientes miles de palentinos, los primeros ocupan la carretera que sube al monumento, y a lo largo de la ladera se acumula el resto a la espera de la caída de las bolsas de pan y queso, en las que se inserta la leyenda que da origen a esta fiesta.
SOBRE ESTA BITÁCORA

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.717.500 visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +811.000 consultas y +6.100 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
Pues sí, Alfonso, qué curioso; nuestros caminos se han unido para conducirnos a la par hasta nuestro Cerro del Otero, en el popular Barrio del Cristo palentino, donde se asienta la magistral escultura de Victorio Macho. Y, una vez llegados, hemos dicho que qué mejor que contar la tradición, aquella famosa pedrea al Santo, hoy recreada en esta otra pedrea de bolsas de "pan y queso" que vuelan sobre las cabezas de los palentinos hasta caer en sus manos. Una fiesta muy popular en Palencia, que llena el cerro y sus alrededores de gente que hasta allí se acerca esperando pasar una bonita jornada de campo. Y si ya de paso, le cae alguna de estas bolsas..., pues tanto mejor. Saludos.
ResponderEliminarBonita tradición, espero que os,acompañe el buen tiempo y disfrutéis de lo lindo. Gracias Alfonso por tanto que nos aportas.
ResponderEliminarMuy bonita y recordada tradición esta del pan y el quesillo junto al mítico Cristo del Otero. Curioso también lo de los premios, tanto el Cristo de la Alegría como el de la Tristeza, tal como si fueran los premios naranja y limón de la prensa. El de la Tristeza me ha recordado a los Razzies del cine, a los peores actores, bien merecido lo tendrá por separar, en vez de unir el barrio de la ciudad. En cambio, enhorabuena a los merecedores del Cristo de la Alegría.
ResponderEliminarMuy interesante Alfonso este artículo dedicado a la próxima fiesta de Santo Toribio, tus explicaciones satisfacen todo lo que yo no sabía. Gracias por transmitir lo que yo desconocía.
ResponderEliminarAmigo Alfonso: Te doy las gracias porque has hecho que recuerde esos momentos imborrables de cuando, en mis felices años cuarenta infantiles, acudía con mi pandilla de amigos de la calle de San Juan a celebrar la Romería, sobre todo por el pan y quesillo, que parecía caer del cielo. Un abrazo
ResponderEliminarUn reportaje muy completo y descriptivo, como todos los que elaboráis. Es un placer leer tu blog. Votado y compartido en redes. Saludos.
ResponderEliminaruestros caminos se han unido, Javier Terán, para subir al Cerro del Otero y dar a conocer una pedrea única en el mundo, esa que vuelan las bolsas de pan y queso, un alimento perfecto junto a un buen vino, a caracoles, a chorizos y torreznos, a almendras, a sabor a tradición de pueblo, que hay que eleva a los altares de que se declare Fiesta de Interés Nacional, porque lo es. Gracias, Javier, gracias Julius, gracias Herminio. Gracias Marcos Planet por leernos.
ResponderEliminarGracias especiales a FGC, que se fija en los Cristos de la Tristeza y Alegría, y como no a mi gran amigo Julián que rememora “momentos inolvidables, cuando acudía con su pandilla en busca del pan y el quesillo, que parecía caer del cielo”, o de las manos del Cristo del Otero, nada menso que en los años 40, ¿Cuánto ha llovido!, pero el festejo prevalece.
Bonita romería, a la que no suelo faltar ningún año; pero este creo que faltaré, ya que ando un poco torpe con mis problemas de salud y tanto barullo y las laderas empinadas, me aconsejan estar relajado en casa o dando un pequeño paseo por la ciudad y encima para más mala hostia no puedo comer ni beber nada hasta que no me quiten las cánulas de la garganta, espero que pronto me las eliminen. Un abrazo Campeón.
ResponderEliminarAmigo Alfonso, tan certero como siempre describiendo esta fiesta tan nuestra y tan arraigada.
ResponderEliminarMención especial a nuestro amigo Segundo Fernández Morate, conocedor como nadie de esta tradición y del Barrio del Cristo, con sus publicaciones nos descubre datos curiosos y documentados para los que quieran ahondar más sobre este tema.