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100 estampas de Salamanca

Vista del Castillo del Buen Amor | Acuarela | Francisca González del Castillo

En una zona netamente rural como es la localidad armuñesa de Topas, cercana a la capital salmantina, en medio de una dehesa y rodeado de encinas, alcornoques, pinos, viñedos y almendros, se encuentra el castillo de Villanueva del Cañedo, o Castillo del Buen Amor, una construcción del siglo XV, construido sobre una fortaleza militar del siglo XI, que se levantó para defender la retaguardia de las tropas de la Reconquista, y del que se conserva todavía el sótano.

En el siglo XV perteneció a los Reyes Católicos, pero en 1477, el castillo pasó a ser propiedad de Alonso Ulloa de Fonseca Quijada, obispo de Ávila, que reconstruyó y trasformó la fortaleza en una casa palacio señorial gótico con detalles renacentistas que se convirtió en su residencia habitual. Entre 1958 y 1960, tras pasar por varios dueños y en un estado ruinoso y de abandono total, fue restaurado por la familia hostelera Fernández de Trocóniz, que desde 2003 ha pasado a ser un hotel con 41 habitaciones de lujo, respetando al máximo la originalidad del edificio. Hoy día es uno de los mejores ejemplos de castillo-palacio de la provincia y forma parte de la red “Posadas Reales” de Castilla y León.

El castillo está construido en piedra de Villamayor, es de planta cuadrada con torres cuadradas de ángulos redondeados en sus esquinas, y, como se halla situado en medio de la campiña armuñesa sin ningún accidente orográfico, llama la atención su gran foso defensivo y la Torre del Homenaje. Un bello patio gótico organiza el interior, con una hermosa galería en tres de sus lados. A la belleza del edificio se le suma su entorno, rodeado de dehesas y tierras de labranza, 7 Has de viñedo, un huerto ecológico y un laberinto vegetal que nos traslada a la época medieval.

El castillo con sus habitaciones abovedadas, terrazas y torreones logran que pasear por sus pasillos o por el patio, cenar en las antiguas mazmorras o pasear por sus jardines nos recuerden a un marco idílico de épocas pasadas. Pero, ¿cuál es el origen de su nombre? Este se debe a su propietario, el obispo de Ávila, que fue un ferviente seguidor de los Reyes Católicos y al mismo tiempo capitán del ejército. Reformó el edificio para compartir su vida y su amor con doña Teresa de las Cuevas, un amor prohibido que, no obstante, fue firme hasta el final de sus vidas, pues formaron una familia numerosa con cuatro hijos.

El castillo, en la actualidad, tiene su lado misterioso de leyendas y fantasmas, por el hotel se oyen testimonios de presencias fantasmales como el de la “Dama Blanca” y fenómenos asociados. En cualquier caso, visitarlo será siempre una experiencia inolvidable.




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4 comentarios en el blog:

  1. Alfonso Santamaría01 junio, 2024 07:04

    Se aprecia en esta vista del Castillo del Buen Amor el dominio perfecto de la acuarela que identifica el estilo y maestría de la pintora de Villoria, capaz de resaltar de forma íntegra la belleza de la fortaleza. Se recrea en cada uno de sus torreones y almenas, decora los cielos de algodonosas nubes y destaca su especial manera de adornar el foso y los aledaños del recinto.

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  2. Una excepcional reproducción en acuarela del Castillo del Buen Amor de la localidad de Topas en Salamanca, la misma localidad que alberga -supongo- la cárcel del mismo nombre, es la que hoy nos muestra Francisca en su colección sabatina aquí en el Blog de "Estampas de Salamanca". Aderezada la misma con los comentarios a pie de castillo que nos trasladan fehacientemente hasta los mismos muros del castillo -convertido hoy en "Posada Real" de indudable atractivo. Y donde, como no podía ser por menos, surgen también esas leyendas medievales de los fantasmas del pasado. Otra bella estampa salmantina, pues. Saludos.

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  3. Antonio Riaza (wassap)01 junio, 2024 10:43

    Conozco el castillo y lo recomiendo. Si sigue como cuando lo conocí hace años. Las habitaciones son variadas pero recomiendo las que están dentro del mismo castillo, aunque suba un poco el precio. Las ofertas suelen ser en la barbacana.
    Preciosa acuarela que hace honor al castillo.

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  4. Preciosa la acuarela con el castillo dorado, gracias a la piedra de Villamayor, entre el verde paisaje y las flores rojo intenso. Se diría un lugar idílico para unas vacaciones lejos del estrés cotidiano.
    Y tú explicación parece que lo confirma, me ha encantado lo del huerto ecológico y el laberinto. En muchos hoteles y restaurantes han decidido hacer huertos ecológicos, en los que tienen terrenos para ellos, y es genial poder comer los productos recién recolectados y que sabes de donde han salido.
    Lo del laberinto es más un recuerdo infantil feliz.
    Confieso que no esperaba lo del nombre, con el obispo y su señora y sus cuatro hijos, pero si el nombre ha perdurado es que fueron felices.
    Gracias, Paqui, por la preciosa acuarela y la recomendación. También he tomado nota del consejo del comentario anterior sobre las habitaciones. Besos

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