Resulta muy atractivo subir y recorrer las diversas calles empedradas del Casco Antiguo de Altea, considerado como el más bonito de la Costa Valenciana. Impresiona subir las escaleras y cruzar la Puerta Nueva por los restos de la antigua muralla, hasta que llegas a la parte más alta del pueblo y te encuentras con la plaza y la iglesia, adornada con sus bellas cúpulas de azulejos, responsables de que se conozca a Altea como la “Cúpula del Mediterráneo”.
Me sorprende que en tanta altura haya tanto ambiente, sin duda la plaza y la iglesia son uno de los iconos del pueblo, a ello contribuyen sus bares, restaurantes y terrazas muy animadas, como todas las calles del casco antiguo. Me gustó también el interior del templo con su gran luminosidad y sus modernos decorados y sus dorados. Imprescindible admirar los tres miradores que hay en la plaza, que ofrecen unas vistas que incluyen la bahía de Altea, el impresionante Peñón de Ifach, Albir, Sierra Helada y las torres de Benidorm.
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Altea | Alfonso Santamaría |
Merece la pena pasear con tranquilidad por el centro histórico de Altea para disfrutar de los encantos de la población en todas sus calles. La Calle Mayor es una de las más bonitas de Altea y te encuentras con numerosos restaurantes, heladerías y tiendas de ropa alternativa. Otra de las calles más típicas de Altea es la Calle de San Miguel, que también acaba en la plaza de la iglesia, y en ella se encuentran tiendas de artistas. Según vas bajando del casco antiguo llegas al Barrio de Bellaguarda, de los más bonitos de Altea con sus calles peatonales empedradas y estrechas, y la Torre de Bellaguarda, antigua torre de vigilancia, un mirador excepcional. En este mismo barrio está el Molí de Bellaguarda, lo que fue un molino hidráulico del que se conservan protegidos sus restos.
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Mirador, al fondo Benidorm | A. Santamaría |
Del casco viejo bajamos a la zona del paseo marítimo, muy moderno y renovado que invita a pasear hasta el puerto pesquero. La playa de la Roda no goza de la calidad de las arenas de localidades cercanas, porque es de piedras que parecen cantos rodados, que, sin embargo, evitan la incomodidad de la arena. El agua es de un azul propio del Levante, y la playa, que ocupa todo el paseo marítimo, no está masificada ni en la época de mayor turismo. Muy cerca hay gran variedad de restaurantes, además de su importante puerto marítimo y deportivo. Se aprecia ambiente turístico tanto en las terrazas e interior de los bares, como en los restaurantes. Da la sensación de que Altea tiene un tipo de turismo no tan popular ni masificado como el de Benidorm, pero más seleccionado.
Altea es la capital cultural de la Comunidad Valenciana y dispone de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández. Se aprecia en Altea un comercio elegante, de calidad en cualquiera de sus tiendas, aparte de sus buenos restaurantes, uno de ellos “Columbus 1492”, con la fecha del descubrimiento de América, me dejó impresionado por la ambientación de las carabelas, Santa María, La Pinta y La Niña, y la decoración tanto interior, como exterior del local, aparte de la calidad de sus viandas. No he visto en Levante un local tan bien decorado y ambientado como el Columbus 1492.
Muy recomendable la visita o pasar unos días en Altea.
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Altea. | Alfonso Santamaría |
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Altea. | Alfonso Santamaría |
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Altea. Calle típica | Alfonso Santamaría |
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Altea. Antiguo molino | Alfonso Santamaría |
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Azulejo | Alfonso Santamaría |
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Altea. Calle Salamanca | Alfonso Santamaría |
Bonita, en efecto, esta localidad alicantina de Altea. Y tal y como nos la muestras en tu reportaje, Alfonso, uno ya se hace idea de la belleza de la misma. Desde luego que estando por Benidorm, bien merece la pena una visita a la misma. Saludos.
ResponderEliminarPues otra bonita salida fuera de la populosa Benidorm, y, además, en un pueblo tan bonito y pintoresco, lleno de historia, rincones y callejuelas tipicas, además de no encontrarse con el típico turismo masificado. También me gustó mucho cuando la vi. En general me gustan estos pueblos del Levante que conservan su antigua belleza y sabor mediterráneo más que los rascacielos modernos de la propia Benidorm. Si no estuviera rodeado de estas bellezas, Benidorm tendría menos atractivo.
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