A través de mis amigos bilbaínos, Ramón y Ana, que disfrutaron conmigo y mi señora de Benidorm, conocí a José Mari y Celia, campechanos y vascos, procedentes de Amorebieta y Santurce. Jose Mari viene todos los años a Benidorm, desde hace casi 50, conoce muy bien el paño y hace de guía para nosotros por las calles, bares, tascas y tabernas.
Por José Mari he sabido de una calle en el Casco Antiguo, donde los paisanos que se encuentran lo primero que se dicen es: “coño tú por aquí”, o “coño que haces tú aquí”, de ahí que popularmente se conozca a esta céntrica calle como la “Calle del Coño”, aunque a los de Benidorm no les guste que se nombre así, sino por Santo Domingo, su verdadero nombre. Según José Mari, hay otra calle en el centro de Benidorm, bautizada como “La Calle del Hambre”, porque es una zona donde alternan cientos de personas que toman pinchos y beben más barato, a mitad de precio que dos calles más arriba. Bien conoce José Mari el percal, el nocturno y el de día, y bien le conocen a él, tanto sus paisanos vascos como quienes regentan esos bares. Muchas historias cuentan José Mari y Celia que hacen divertido el encuentro, que nos lleva a disfrutar de unos buenos pinchos a buen precio, en un ambiente en el que se dan cita los de Santurce, Baracaldo y otros pueblos de Euskadi.
En mi visita a Benidorm, en el mes de octubre, tuve la suerte de poder ver el desfile de “Moros y cristianos”, un evento que me sorprendió por su calidad variedad y vistosidad.
Desfile de una carroza Fiesta de Moros y Cristianos | A. Santamaría
Las fiestas de “Moros y Cristianos” son famosas en toda la costa levantina y rememoran las conquistas y encuentros de cristianos y musulmanes. En Benidorm se celebra a finales de septiembre y primeros de octubre, con un programa muy completo de varios días en el que la estrella es el desfile por el centro de la ciudad. Desfilan distintos grupos que representan a los cristianos y musulmanes con numerosos miembros en cada bando, muy bien ataviados y armados con sus respectivos trajes de guerra, al mando de sus capitanes y acompañados por sus propias bandas de música, que con sus tambores amenizaban el paso de cada grupo y carrozas, además de hábiles jinetes y caballos que hacen más atractivo y vistoso el desfile.
Me gustó el desfile de Benidorm y me causó sorpresa las sillas dispuestas a lo largo de todo el recorrido, por lo que quienes cogieron sitio a tiempo pudieron ver sentados el desfile, una buena iniciativa por parte del ayuntamiento. También me sorprendió ver en la curva de una calle a la corporación municipal de Benidorm, encabezada por su alcalde, todos sentados para recibir los honores de las diferentes tropas.
Entre Benidorm y Villajoyosa se encuentra una pequeña y bella cala conocida como la playa de Finestrat, protegida de vientos por el Puig Campana y peñascos de gran altura, en la que bañarse y tomar el sol es un privilegio porque no sopla el viento.
Playa de Finestrat | A. Santamaría
Iniciamos el paseo desde la zona de la playa de Levante para llegar al centro de Benidorm y empalmar con la playa de Poniente por el paseo marítimo hasta llegar al gran hotel Bali y, desde allí, te acercas a Finestrat, un pueblo contiguo a Benidorm, que ofrece su Playa de la Cala de Finestrat, 267 metros de costa que se miden desde la Punta del Tossal a la desembocadura del Barranco de Cachola. En este corto espacio mar y montaña rodean su costa, moldeando un idílico paisaje, distinto al de las grandes playas. Una playa urbana de arena fina y con agua muy limpia, en la que compensamos nuestra caminata con un buen baño, para después volver a pie a nuestro apartamento en la playa de Levante.
Playa de Finestrat | A. Santamaría
La distancia desde la mitad de la playa de Levante hasta Finestrat es de en torno a los 5 kms., que te puede durar algo más de una hora, pero resulta un atractiva y bonita excursión. Si quieres rematar la aventura puedes ascender a una torre vigía por un frondoso camino que bordea el impresionante acantilado, cuesta subir, pero habrá merecido la pena por sus magníficas vistas.
En Benidorm he conocido tres lugares distintos para ver este paraíso del turismo sin subir a un rascacielos: El mirador del Mediterráneo, la Cruz de Benidorm, y la torre de Caletes.
Benidorm. Mirador del Mediterráneo o del Castillo. Playa de Poniente | A-Santamaría
La Cruz de Benidorm | Alfonso Santamaría
La Cruz de Benidorm
Para divisar todo Benidorm sin subir a un rascacielos solo tienes que acercarte al mirador del viejo castillo, el Mirador del Mediterráneo, desde donde podrás visionar la panorámica de ambas playas y todos los rascacielos y edificios de la ciudad. Para alcanzar los cielos de Benidorm, no hace falta subir al edificio Intempo, de 202 metros, ni al gran hotel Bali, de 186 metros, sino ascender a la Cruz de Benidorm, una escalada a pie que resulta atractiva. La subida comienza en el Rincón de Loix, y a medida que tomas altura se ven increíbles vistas de toda la ciudad, hasta el punto de que enseguida vas a estar por encima de los rascacielos que dominan Benidorm, además de ver al completo las playas de Levante y Poniente y las Cordilleras Prebéticas. Muchos andarines y algún ciclista encuentras en esta ascensión bastante pindia, hasta llegar a la cruz de la Sierra Helada en plena naturaleza.
Benidorm desde la subida a la Cruz de Benidorm | Alfonso Santamaría
Benidorm desde las cercanías de la Cruz de Benidorm
Otro buen lugar para divisar Benidorm es desde el mirador de la Torre de Caletes, que se inicia también desde el Rincón de Loix, que, al igual que la Cruz de Benidorm, se encuentra en el Parque Natural de la Sierra Helada. El camino asfaltado se ondula y te acerca por la ladera de la montaña a los acantilados, paralela al mar, hasta llegar a la Torre de Caletes. Si sigues la dirección de esta defensiva torre podrás admirar todo Benidorm, además de las calas de la Almadraba y la del Tío Ximo, con algunos nudistas, aguas cristalinas, y todo el litoral hasta llegar a la torre, que ofrece una peculiar panorámica de Benidorm y la amplitud del mar Mediterráneo.
Benidorm desde las cercanías de la Torre Caletes | Alfonso Santamaría
Benidorm. Mirador cerca de la Torre Caletes | Alfonso Santamaría
Los turistas disfrutan en cualquier época del año de Benidorm y de su benigno clima, aquí se dan cita miles de viajeros españoles, británicos, alemanes y gentes de diversas nacionalidades y veteranos del IMSERSO que pasan sus vacaciones.
En Benidorm siempre hay mucha gente en las playas, en las calles, en las terrazas cualquier día de la semana. En el mes de octubre el turismo no es masivo como de junio a septiembre, se disfruta más el ambiente diario, que en algunas zonas parece más inglés que español, el buen clima consigue que te adaptes bien, aunque no te guste el escenario.
Sorprende el Benidorm nocturno, el de los locales de copas con ambiente musical, en la que destaca la Zona de los Ingleses, en la zona de Levante, cuyas calles y locales están llenos, hay anuncios cabareteros y de estriptis, y a su puerta chicas medio coritas, a la espera de explotar su cuerpo y ganar unos dineros, abundan también los transexuales y gays. El espectáculo dura toda la noche y se ven al pasar por la calle, mujeres en las terrazas o locales que bailan en barras fijas, o te ofrecen sus servicios. Para mi sorpresa todo está tranquilo, no se escuchan ni voces, ni peleas, aunque fui testigo de que alguna carterista aprovechó el descuido de una señora inglesa para robarle la cartera. La inglesa se dio cuenta del hurto, pero la delincuente negó lo evidente, se fue corriendo y se perdió entre el bullicio.
Sorprende también el ruido de las sirenas de las ambulancias a cualquier hora del día, en cambio la policía, tanto la local como la nacional pasan más desapercibidas.
He callejeado por el casco viejo de Benidorm, y por sus calles estrechas, he pateado la ciudad de abajo a arriba hasta llegar al Benidorm de viviendas de cinco alturas, casas de planta baja y barriadas sencillas. He caminado por barrios apartados de la sombra de los rascacielos, por el Benidorm alejado de las playas y el bullicio, me dio la sensación de que estaba en otra ciudad por la asombrosa tranquilidad.
También llamó mi atención ver en la Zona de los Ingleses, a las 11 de la mañana, a cientos de británicos sentados sin camiseta en las terrazas de los bares tomando el sol con una cerveza en la mano. Me dio la sensación de que algunos solo desayunaban birras, depositadas en botellines que se mantienen fríos en los hielos de un caldero, mientras se amontonan en la mesa los cascos vacíos.
Vuelvo a Benidorm después de 40 años, y al llegar a esta cosmopolita ciudad rebobino la película en blanco y negro con mis recuerdos de antaño, mientras mis ojos contemplan una nueva versión de Benidorm en color.
Benidorm desde el Mirador del Castillo. Puerto marítimo y playa de Poniente. | A.S.
Vuelvo a Benidorm con los recuerdos de aquellos años y la imagen de sus playas y mis baños, el mirador y los paseos de playa a playa, pero cuando llego a este paraíso del turismo me asombra el imperio de los rascacielos y edificios de gran altura que rodean la bahía. Desde el mirador del castillo, el Balcón del Mediterráneo, descubro el Benidorm de diversos coloridos y ambiente cosmopolita alrededor de las playas de Levante y Poniente, la pequeña playa del Mal Pas y el puerto marítimo.
Benidorm nocturno. | Alfonso Santamaría
Recorro el paseo marítimo y descubro su increíble ambiente en los edificios cercanos con multitud de bares, cafeterías, restaurantes, hoteles y tiendas de todo tipo, tanto en el paseo marítimo como en las calles y avenidas colindantes. Llama mi atención la cantidad de bicicletas eléctricas y patinetes que circulan por los carriles bici y conducen turistas de cualquier edad. Por las aceras transitan cientos de motos eléctricas, de una o dos plazas, y de tres o cuatro ruedas, que transportan personas mayores, algunas impedidas, otras en pareja sin minusvalía, o extranjeros y turistas del Imserso que recorren la ciudad, o van de compras sin necesidad de andar.
Playa de Poniente | Alfonso Santamaría
En cualquier lugar descubro por qué Benidorm es uno de los destinos turísticos más importantes y conocidos de España, de los más visitados del Mediterráneo, y de los más atrevidos, no en vano se permitió en Benidorm el uso del bikini durante la dictadura franquista. Su clima, playas y vida nocturna hacen atractiva a una ciudad de 70.000 habitantes, que se triplica en temporada alta, lo que la convierte en la tercera ciudad con más plazas hoteleras de España.
Edificio Intempo. El más alto de Benidorm | Alfonso Santamaría
Mientras camino por el paseo marítimo observo el imponente “Edificio Intempo”, y contemplo sus 202 m. de altura que lo convierten en el 5º edificio más alto de España, después de superar en altura a otro gigante, el gran hotel Bali, su predecesor en altura. Bien pudiera parecer que paseo por Nueva York en pequeño, no en vano se conoce a Benidorm como el “Nueva York del Mediterráneo”, o el “Manhattan español”. Me encuentro en la segunda ciudad del mundo con más rascacielos por metro cuadrado, solamente superada por la capital neoyorkina.
En 1983, Potes fue declarado Conjunto Histórico Artístico.
El Camino Vadiniense o Ruta Jacobea por Liébana enlaza el Camino de peregrinación del Norte con el Camino de Santiago Francés a través de los Picos de Europa.
Marcos Manuel Sánchez
Viajero
Potes y su encanto de leyenda
Potes es la capital de Liébana, una comarca de cuento ubicada en el suroeste de Cantabria, y protegida por varios macizos montañosos: las sierras de Peña Sagra y Peña Labra junto al macizo oriental de los Picos de Europa. El manto de las montañas le otorga un microclima más cálido y seco, distinto del resto de Cantabria.
Aquí estamos sobre el «Puente nuevo», con vistas al conocido como el «Puente de la Cárcel» al fondo. Están ubicados sobre el rio Quiviesa junto a la Torre del Infantado.
Al fondo, el Puente medieval de San Cayetano, que une a la altura de la Ermita de San Cayetano los barrios de Fuente la Riega y el Tullo con el Barrio del Sol, el mas antiguo de esta villa de Potes.
En 1983, Potes fue declarado Conjunto Histórico Artístico, siendo una de las dos únicas localidades de Liébana que ostentan esta distinción, junto con Mogrovejo. Potes posee un muy importante patrimonio arquitectónico religioso y civil, pero debemos destacar también sus tradiciones, como el Jubileo en las rutas de peregrinación hacia el monasterio de Santo Toribio de Liébana. En 1512 el papa Julio II le asignó el privilegio de poder celebrar el Año Jubilar Lebaniego, lo que convierte al monasterio en un importante núcleo de peregrinación.
Mapa de la Ruta o camino Vadiniense. En su tramo inicial coincide con el Camino Lebaniego, ruta secular (que se repite cada siglo o durante siglos) de peregrinación al Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este se ubica en el municipio de Camaleño (Cantabria)
El Camino Vadiniense o Ruta Jacobea por Liébana enlaza el Camino de peregrinación del Norte con el Camino de Santiago Francés a través de los Picos de Europa. El itinerario secular de peregrinación al Monasterio de Santo Toribio nos conduce al lugar donde se cobija el Lignum Crucis, el mayor trozo de la cruz de Jesucristo que se conserva en la actualidad. El recorrido es una prueba de fuerza de voluntad pero es reconfortante caminar acompañado por un paisaje de indescriptible belleza.
Monasterio de Santo Toribio
El acceso desde Potes al Monasterio de Santo Toribio de Liébana tanto en coche como caminando se puede realizar por la carretera CA-185. Deberás salir de Potes en dirección a Camaleño y Fuente Dé; enseguida verás a mano izquierda el desvío que va subiendo por la ladera Norte del monte de la Viorna. Sobre dicha ladera se alza la bella estampa del monasterio. Son unos 3 kilómetros, que se recorren andando durante unos 45 minutos (algunos tramos tienen bastante desnivel de subida). Para ello utilizamos una estupenda senda peatonal que describen muy bien en el siguiente video:
Estatua del Peregrino
Este monumento es una estatua construida en bronce representando a un peregrino que lleva en su pecho la cruz de los «cruceros», aquellos caminantes que parten desde distintas cabeceras de ruta hacia Santo Toribio. También vemos en la estatua la concha de los «concheros» que son los que se dirigen a Santiago de Compostela, consiguiendo aunar de este modo la iconografía que describe a ambos tipos de peregrinos.
Monumento al peregrino. Es una escultura en bronce representando un peregrino a tamaño natural. Fue esculpida en el año 2000 por la escultora Mercedes Rodríguez Elvira (Santander, 1950). Se encuentra en el cruce de la carretera que va de Santo Toribio de Liébana a Potes, con la que conduce a Fuente Dé
El Peregrino, de Mercedes Rodríguez
La estatua de El Peregrino fue realizada por la escultora Mercedes Rodriguez Elvira, nacida en Torrelavega (Cantabria). La artista expone desde el año 1972 sus obras en colecciones particulares de España, Alemania, Francia y EEUU.
Estatua en homenaje al médico rural
Este monumento se encuentra en la misma entrada al centro de la Villa de Potes, donde comienza la carretera que va hacia Fuente De, frente al recinto Ferial y junto a la conocida como plaza de La Serna. La escultura fue costeada por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Cantabria y construida en el año 1986.
Una figura entrañable: el médico rural
Esta imagen representa al médico rural que subido en el lomo de su caballo y a lo largo de décadas transitó por la comarca de Liébana desafiando la hostilidad del clima y sorteando, con encomiable esfuerzo, la accidentada orografía de estos lares para prestar auxilio a sus habitantes.
La imagen recrea la estampa de un hombre a caballo, azotado por el viento, sujetándose con una mano el sombrero sobre la cabeza, acudiendo a alguna urgencia, a pesar de las inclemencias de la meteorológicas. Es la imagen del médico que se esfuerza por atender a los enfermos.
En aquel tiempo, los médicos rurales mantenían un trato cercano con sus pacientes ganándose su total confianza. Algunos hijos de estos médicos heredaban los pacientes, en lo que podemos considerar como una sucesión natural.
El médico y el sacerdote
El médico y el sacerdote eran solicitados por igual. El primero para intentar sanar y el segundo para administrar los últimos Sacramentos. Estas fueron las dos personas más apreciadas por los lugareños sin duda.
Ambos transitaban por caminos de cabras a lomos de una mula o de un caballo, el médico para intentar sanar y el cura para administrar palabras de consuelo en los casos terminales. En casos graves el paciente era trasladado al hospital más próximo de San Raimundo, entre otros.
Este puente es conocido como el Puente de la Cárcel. Está ubicado sobre el rio Quiviesa junto a la Torre del Infantado y hace siglos era la vivienda del alguacil de la cárcel, pues su Torre fue prisión durante más de 350 años.
Según la tradición popular, esa Torre tuvo que ser reconstruida en el año 1595 pues para aliviarse del frío invernal, los presos habían quemado su madera para hacer fuego.
El río Quiviesa nace en la vertiente norte de Peña Prieta y desemboca en el río Deva a la altura de Potes, localidad a la que divide en dos. Vistas del Puente Nuevo desde el Puente de la cárcel.
El encanto de las casas de Potes es algo fuera de lo común. Hay que recordar que la villa de Potes fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1983.
En estos edificios, la planta baja hacía las veces de cuadra principalmente, y la superior era destinada a vivienda, donde se hallaban los dormitorios. La pieza básica que orquestaba la vida familiar era la cocina. Allí solían instalar el horno de pan para proveer de dicho alimento a toda la familia. Las vigas, entramados y pilares, además de la cubierta, son de madera.
Potes o Pontes, como fue bautizada por los romanos, debe su nombre a los distintos puentes atravesados por los tres ríos que confluyen en la villa: Bullón, Quiviesa y Deva
Un libro
En el curioso libro: Los antiguos hospitales de Cantabria se describen antiguos centros sanitarios adonde acudían enfermos graves. Ejemplos de dichas instituciones sanitarias son la de San Rafael Arcángel, en Santander (actual Parlamento); el Asilo-Hospital de Torrelavega; el Lazareto de Pedrosa; el Hospital de La Caridad y el Hospital de San Francisco, en Reinosa. También estaba en aquella época el Hospital de Nuestra Señora del Carmen, en Comillas o el Hospital de San Ambrosio de Quijano, en Piélagos.
El autor del monumento al médico rural fue Ramón Ruiz Lloreda, un polifacético personaje que además de médico, fue escritor, pintor y escultor.
Además existen entre las obras de este escultor, estas otras: “Los Osos” en la calle General Dávila de Santander, “La Sardinera” en la entrada del túnel de Tetuán, también en Santander, el “Monumento a la Marina Mercante” o “El homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente” en el recinto del Palacio de la Magdalena. Todas ellas localizadas en Santander.
Un pasado medieval
El edificio más simbólico de la villa de Potes y que refleja su origen medieval es la Torre del Infantado, anteriormente conocida como la Casa del Marqués de Santillana. Cuando se construyó la Torre del Infantado, Potes estaba bajo el control del Señor de Liébana, Don Tello de Castilla, hermano del rey Enrique II e hijo de Alfonso XI, de quien recibió los realengos de las merindades de Liébana y de Aguilar. Don Tello era hijo legítimo de Alfonso XI y hermano del rey Enrique II de Castilla (este era hijo bastardo del rey Alfonso XI de Castilla).
El Palacio del Infantado es una casa-torre del siglo XV de planta cuadrada, dotada con cuatro torres angulares terminadas en almenas. Está situado en el encantador centro histórico de la villa de Potes.
La Torre del Infantado acoge la exposición “El cosmos del Beato de Liébana. Aquí comienza todo”, considerada la mejor exposición de códices miniados beatos del mundo.
A partir del siglo XVI, y superados los enfrentamientos por la posesión del señorío, el palacio fue casa solar de Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, y de sus descendientes. Después pasó a manos de los Duques de Osuna, quienes la vendieron a un particular en 1868. Finalmente fue adquirida por el Ayuntamiento de Potes.
Actualmente acoge la exposición “El cosmos del Beato de Liébana. Aquí comienza todo”, considerada la mejor exposición de beatos del mundo. Recordemos que se llaman «Beatos» a las copias de aquel manuscrito ricamente ilustrado que el Beato de Liébana escribió sobre los «Comentarios al Apocalipsis de San Juan«. Las sucesivas copias se fueron realizando en numerosos «scriptoria» (la habitación de los monasterios de la Europa medieval dedicada a la copia de manuscritos por los escribas ) de monasterios de la Península (León, Zamora, Palencia, Burgos, La Rioja) y Europa, entre los siglos IX y XIII.
Guía Gastronómica
Para reponernos del desgaste del camino, nada mejor que el conocido como Cocido Lebaniego. Es un guiso a base de los pequeños garbanzos de Potes, las patatas y el repollo o la berza. Como acompañamiento imprescindible lleva chorizo, morcilla, tocino, hueso de jamón y carne de ternera (cecina, hueso de rodilla y zancarrón, que es la pantorrilla de la ternera). Además está el relleno, que consiste en una masa hecha de miga de pan, huevo, chorizo y perejil.
Algunos dicen que es muy similar al cocido madrileño. Pero bueno, en cada sitio tienen lo suyo.
Se ha de catar primero la sopa y después los garbanzos con la verdura y la carne.
La ternera guisada con setas es otro manjar propio del valle de Liébana. La carne es de ganadería propia con denominación “Picos de Europa” y cuenta con certificados de calidad.
Aquí incluyo algunos restaurantes de Potes.
El Asador Llorente está situado en la calle San Roque, en el interior de una casona solariega que ha sido reconstruida interiormente mediante piedra y madera. La carta de asados, como la de vinos, es espectacular. Hay excelentes vinos de Liébana, como el Vindio, el Picos Roble o el Lussía. Bar del asador, una digna recompensa tras las rutas de senderismo por los Picos de Europa.
Comedor abuhardillado del asador Llorente
Y esto es todo por el momento, amigos. En mi página encontrarán más detalles sobre la gastronomía de una villa deliciosamente bella, bañada por la riqueza propia de los Picos de Europa y por la historia del camino santo de Liébana.
Llevo algunos años dedicándome a retratar España aprovechando mis viajes por estas tierras de magia y belleza sin límites. Cada vez que salgo a contemplar la naturaleza o admirar la historia de nuestras ciudades y pueblos intento que no se mes escapen de la memoria esos paisajes cargados de vida o esos rincones de nuestro patrimonio cultural que acumulan tanta riqueza. Caminando entre picos montañosos o praderas inmensas compruebas que la naturaleza no pone fronteras al descubrimiento. Una y otra vez te sorprende lo que aparece ante tus ojos. Por eso pretendo entretener a quien quiera visitar mi blog con descripciones de viajes, mapas, gastronomía e historia de todos esos lugares. Pero además añado artículos de opinión relacionados con el cine, la cultura y el ocio. Intento informar sobre todo aquello que pueda resultar útil a cualquiera que piense en qué va a hacer ese día para ocupar su tiempo libre. Os animo al descubrimiento, os invito a entrar en marcosplanet y disfrutar.