🔰- El patio de las energías básicas. -

Mucha importancia tiene para Herminio el corral de su casa, al que denomina “El patio de las energías básicas”, muy bien definidas y representadas con los propios artilugios que son exclusivos y su creador pone en movimiento, bajo la atenta mirada y admiración en los visitantes. Nadie se imagina poder encontrar tanto ingenio como el que se expone en el corral, en el que el artista hace un homenaje a las energías que han sido primordiales en el progreso de la humanidad. En estas piezas se percibe el ingenio y creatividad del genio de Villabellaco, aparte del encanto del antiguo corral, en el que se puede adivinar con facilidad su antiguo uso ganadero y agrícola. El mundo de las energías es una materia de la que Herminio tiene especial conocimiento, orgullo y creatividad, como esa batería vieja que aún da energía, o esas ruedas de bicicleta que se mueven, ese gato que se esconde, o ese grifo que da agua con la tubería cortada, o esas válvulas centenarias en perfecto uso, esas botellas de gas, y mucho más... Todo tiene interés y alecciona al conocimiento por parte de los visitantes que se muestran curiosos ante la importancia del papel fundamental que representan las energías en el movimiento.

🔰- El Museo propiamente dicho. -

Tras esta detallada muestra de las obras del corral pasamos a ver las que se encuentran repartidas en las cuatro salas, lo que se puede decir que es el auténtico Museo. En cada una de estas salas sigue latente el ingenio del maestro de Villabellaco, que consigue que los visitantes mantengan la atención, tanto cuando habla de radios y válvulas, como cuando explica sus curiosas interpretaciones y su paso por la galletera de Aguilar, representada por un maniquí y una gran galleta: María Fontaneda. Todo sorprende en esta sala: esas tijeras de madera que parecen de verdad, esa primera obra suya que esculpió con 10 años, con la navaja que le regaló su padre; cómo enhebra las cadenas, eslabones imposibles, ingenio de superdotado.

En una de las salas destaca un gran tronco de árbol que Herminio esculpió a lo largo de tres años. Se trata de la “Evolución del planeta tierra”, en la que se puede apreciar el ingenio del maestro que esculpe de forma magistral en este árbol seco, que representa la evolución de la humanidad desde la invención del fuego hasta la aparición de los robots.

🔰- Los materiales. -

Todos los materiales que emplea Herminio en sus trabajos son naturales, lo mismo usa una arandela de una bicicleta, que un radio, o múltiples objetos que los demás tiramos. En cuanto a la materia prima, la madera, casi toda procede de olmos de las cercanías, afectados por grafiosis: “En algunos troncos, me limité a retocar lo ya creado por la naturaleza y, en otros a sacar esa figura que pedía salir de su interior”. (H.R).

🔰- La talla de Carmen Gómez. -

Terminado este detallado y largo recorrido por las obras de las cuatro salas, nos lleva Herminio a ver las del porche del corral, en las que brilla con luz propia la talla que Herminio hizo a su mujer, esculpida en una sola pieza, que trabaja el artista con un cariño especial. Carmen Gómez está representada tal como era, es la obra que Herminio más valora y de la que Herminio se siente más orgulloso. No hay duda de que es una gran talla.

🔰- El Valle de Santullán. –

Herminio es un enamorado del valle en que nació, y por ello se emplea en la representación de su querido valle, y se enorgullece al mostrar esta colosal obra que esculpe en una olma, nada menos que de 300 años. No es fácil representar en este gran tronco todo lo que vive en este bonito paraje, del que Herminio ha querido plasmar en la madera, desde la ermita y su Virgen, los diferentes árboles y arbustos, sus aves, las minas con su riqueza y muerte, las locomotoras de vapor que transportaban en sus vagones carbón, cuando el Valle de Santullán estaba repleto de riqueza. En cambio, ahora es un valle despoblado, y según Herminio: “En la Montaña Palentina, ya casi hay más osos que personas. El ser humano está desapareciendo”.

🔰- Recorrido por la provincia y la capital. –

Herminio recorre su provincia y capital, y talla sus emblemáticos monumentos, desde la Montaña Palentina al resto de comarcas y sus poblaciones y monumentos más representativos, por las minas y embalses, por los oficios desaparecidos. Tampoco se olvida de sus progenitores, de sus padres y su abuelo, ni del Cristo del Otero, un guiño de Herminio a Victorio Macho, y a Palencia.

Aspecto de una de las máquinas del taller.

🔰- El taller. –

Mis acompañantes pudieron ver en exclusiva el taller del maestro, que se encuentra a la entrada del museo, un espacio único para privilegiados y amantes de las herramientas. En este taller se pueden admirar auténticos tesoros como los comprobadores de radio, los esmeriles y taladros muy antiguos, piezas únicas que fue adquiriendo Herminio. Interesantes son también los diferentes cuchillos fabricados por él. Muy atractiva es la visita al taller, un espacio en el que Herminio desarrolla toda su imaginación, y lleva a cabo su magia, creando obras únicas. Las piezas elaboradas por Herminio son exclusivas, el artista de la madera no necesita copiar de nadie y obedece los dictados de su mente, una mente tan privilegiada como lo es toda su obra.

🔰- Conclusiones tras la visita. –

Herminio enganchó con sus explicaciones a mis amigos, como engancha a cada visitante. Lecciones de maestro que enseña y explica con pasión lo que sus manos crearon, además de transmitir sencillez, cercanía, y confianza, y provocar admiración por la calidad de sus trabajos. Quien le escucha siente el privilegio de poder ver la obra de un escultor único e irrepetible, según Herminio “disfruta más de la belleza quien la descubre, que quien la posee”. Las maquetas nos trasladan al pasado, en un encuentro claro por rememorar actividades que quedaron para la historia, piezas y maquetas llenas de ingenio, un reflejo vivo de la Montaña Palentina, de la provincia de Palencia, y de nuestro pasado.

🔰- El futuro del museo. -

“Arte en madera y movimiento” es el lema del Museo Casa-Taller al que Herminio y Carmen dedicaron su vida. Ahora les preocupa que el tiempo se les echa encima, y alguien tiene que hacerse cargo de su obra en un futuro próximo, necesitan ayuda de la Junta de Castilla y León, y de la Diputación de Palencia para que continúe funcionando este original museo, que a pesar de ser privado se ha convertido en uno de los iconos de la Montaña Palentina, y de los de mayor atractivo turístico de la provincia, gracias a la entrega y sacrificio de estas dos personas, merecedoras de que las administraciones valoren su legado para que no se pierda.

🔰- Paseo hasta la Ermita de la Virgen del Carmen. -

Finalizada la visita al Museo, y según el programa previsto, fuimos de paseo desde el Museo hasta la Ermita de la Virgen del Carmen, un paseo bonito con vistas fabulosas de Villabellaco y el Valle de Santullán. En la explanada de la ermita hubo concentración de todos los excursionistas, a los que se sumaron Herminio y Carmen.

🔰- Visita a la Virgen del Carmen.-

Se procedió a la visita del interior de la Ermita de la Virgen del Carmen, en el que destaca su retablo y sillería, en una amplia nave con coro. Llama nuestra atención el magnífico trabajo de nuestro amigo Herminio Revilla, San Isidro Labrador con sus bueyes, talla original y de gran valor emocional para Herminio, que no en vano se la donó a la ermita de su pueblo. Tras la visita detallada al templo, procedimos a tomar el vermut en las magníficas instalaciones del complejo hostelero, situado en un lugar incomparable de la Montaña Palentina, con maravillosas vistas. Llegó la hora del almuerzo en una de las salas del Restaurante, acondicionada y reservada para nosotros, un local magnífico y calentito en el que se dispuso una mesa central, en la que mi señora y yo acompañamos a los homenajeados, y se inició el almuerzo con un “Salud para llegar a otro año”. Buenas viandas y vinos nos sirvieron dos jóvenes y bellas camareras. Todo en su punto, y a la hora del café se siguió con el protocolo establecido por el organizador del evento que intervino para dar la bienvenida a los presentes. Recordó a sus viejos amigos Alejandro Herrero, José Luis Guerra, Primitivo Yzara, Antonio Riaza, Francisco González y Moisés Pinedo. A continuación hizo un análisis de todo el camino recorrido desde que conoció el Museo Herminio Revilla, e informó de todos los pasos para llevar a cabo la constitución de la Fundación Herminio Revilla y Carmen Gómez, así como los contactos con el Delegado de la Junta de Castilla y León, la Presidenta de la Diputación, el Jefe de Servicio de Cultura de la Diputación, el Arquitecto Provincial, la Alcaldesa de Palencia, el Jefe de Gabinete del Ayuntamiento de Palencia, el Director del Museo de Palencia y de la Fundación Caneja. Finalizada esta exposición, el organizador cedió la palabra a Herminio Revilla que agradeció a los presentes la visita a su museo, y todas sus atenciones recibidas, y afirmó que tanto su mujer como él, siempre estarían dispuestos a recibirlos en su Museo sin contraprestación alguna, a ellos y a sus acompañantes. Agradeció a continuación Herminio las gestiones realizadas por Alfonso Santamaría para que el museo no se muera. No se olvidó de su mujer a quien agradeció el apoyo a lo largo de su vida. Se emocionó Herminio al hablar de su esposa, que junto a su obra ha sido el máximo motivo de su existencia.


Tras estas intervenciones el organizador del evento solicitó la opinión sobre el Museo de Herminio Revilla a varios de los presentes en el almuerzo.

Antonio Riaza: “pidió una solución política y que se luche para que los políticos visiten el Museo, y hacerles entender el valor de esta instalación”.

Primitivo Yzara: “es una pena que los políticos no conozcan este Museo magnífico por su ineptitud y dejadez”.

Alfonso Santamaría: “Hay que conseguir que los políticos visiten libremente, cuando les sea posible, el Museo; en cuanto lo haga uno, y tenga transcendencia en la prensa, seguro que vienen todos, incluido el presidente de la Junta”. 

Moisés Pinedo: “El Museo de Herminio Revilla tiene un valor incalculable, es un trabajo especial, que no es capaz de hacerlo cualquiera y sería una pena que esta obra se perdiera y no se pudiera visitar más”.

Alejandro Herrero: “He venido varias veces al Museo. Creo que le falta una buena difusión a nivel provincial, regional y nacional. Hay que darlo más luz”.

Ignacio Herrero: “Se ofreció a hacer su propia promoción del Museo de Herminio Revilla”.

José Luis Guerra: “No conocía el Museo, pero, tanto a mi, como a mi mujer, nos ha gustado mucho. La gente no lo conoce por su dejadez. Visitamos Europa y no conocemos Palencia, mientras las administraciones no hacen nada”.

Seguidamente pidieron la palabra algunas de las mujeres presentes en el almuerzo, así lo hizo Angelines con su opinión favorable al Museo, al igual que Julia, Feli, y Mariví, además de Carmen Gómez, la esposa de Herminio. Todas ellas manifestaron acertadas opiniones sobre el Museo y su necesaria promoción, y añadieron que era necesario invitar a los políticos a que vengan a conocer esta joya de la Montaña Palentina. Todas quedaron muy satisfechas de la visita y les gustaron mucho los trabajos de Herminio Revilla, y se sorprendieron de las maquetas móviles. Moisés Pinedo añadió que, dada la buena impresión que le había ocasionado el Museo de Herminio Revilla, iba a proponer la visita del Grupo de Hermedes de Cerrato, su pueblo, aparte de hacer toda la promoción posible que estuviera en sus manos. 

A continuación, tomó la palabra el moderador para decir “que los palentinos visitaban muy poco el museo, no en cambio los de la provincia de Burgos, los de las Merindades y de Villadiego, en concreto su alcalde ha querido trasladar el Museo de Herminio al Pueblo de los Museos. Que vienen muchos vascos, madrileños y gente de cualquier parte de España, que el boca a boca es el mejor promotor del Museo, y que el que fue presidente de la Diputación de Palencia, Enrique Martín, quiso comprar el Museo y llevar alguna pieza a la Villa Romana de la Olmeda, y al patio de la Diputación, aparte de buscar un local digno para establecer el Museo”.

Francisco González Miranda agradeció a Herminio Revilla su facilidad para transmitir su trabajo. “Vivimos, dijo, en una provincia que no conoce su propia tierra, que la gente prefiere salir fuera y no conocer lo que tiene en casa, que a los políticos solo le interesa las fotos. Que todo se basa en dar la paliza en las redes y medios de comunicación, meterles alguna puya. A ver qué puede hacer la alcaldesa de Aguilar, lugar ideal para el traslado del museo, y escribir artículos sobre la situación del Museo en la prensa”.

Al poco tiempo se dio por finalizado el almuerzo y volvimos a Villabellaco. 

Fotografías: 

PARA SABER MÁS:

¬ Museo Herminio Revilla | Curiosón | Tiempo de silencio 2.024 | 👀+861

¬ Casa-Taller Herminio Revilla | Alfonso Santamaría | +👀1.712

¬ El Legado de Herminio | La Madeja | Froilán De Lózar | 👀+1.045

¬ Un escultor, un Patrimonio | La Madeja | Froilán De Lózar | 👀+912

¬ Herminio Revilla, el imaginero (II) | Memorias | Alfonso Santamaría | 👀+1.215

“Qué un niño entienda qué es un molino, o un batán; cómo se herraba un caballo, para qué se utilizaba un martillo pilón, o como nace un pollito, le acercará al pasado y le ayudará a analizar y comprender, de una forma didáctica y divertida, el presente y el futuro de esta comarca y de nuestra provincia” (H.R)

El maestro enseña con orgullo el museo.- 

El escultor autodidacta y artesano de la madera enseña su museo con el buzo de trabajo, da la sensación de que acaba de tallar alguna pieza y muestra con orgullo las diferentes obras elaboradas por sus manos. Hace un detallado recorrido por las distintas piezas que fluyen en una perfecta representación del pasado, capaz de provocar curiosidad y admiración en los niños que serán los hombres del futuro. Los niños están interesados en escuchar a Herminio explicar cómo las cosas fundamentales que forman parte de nuestras vidas no se han movido con tan solo apretar un botón, sino que ha sido el ingenio del hombre y sus inventos quienes han puesto en movimiento el proceso de confort que disfrutamos en la actualidad.

El taller.- 

Se encuentra a la entrada del museo, un espacio único para privilegiados y amantes de las herramientas. En este taller se pueden admirar auténticos tesoros como los comprobadores de radio, los esmeriles y taladros de gran antigüedad, piezas únicas que fue adquiriendo Herminio. Interesantes son también los diferentes cuchillos fabricados por Herminio. Muy atractiva es la visita al taller, un espacio en el que Herminio desarrolla toda su imaginación y lleva a cabo su magia, creando obras únicas. Las piezas elaboradas por Herminio son exclusivas, el artista de la madera no necesita copiar de nadie y obedece los dictados de su mente, una mente tan privilegiada como lo es toda su obra.

El Museo no cobra por la visita, pero un cartel indica que se puede hacer una aportación voluntaria. Cada visitante debe valorar el importe que puede dar por lo que vio en el museo y por las explicaciones del maestro. Hay que tener en cuenta que mantener el museo supone gastos que Herminio con su humilde pensión no puede afrontar, y por eso necesita una ayuda para poder cubrir esos costes. Por otra parte, tan solo una administración, la Diputación de Palencia, le subvenciona una cantidad anual para sufragar los gastos de cartelería, folletos, tarjetas y la propaganda en televisión.

El corral. – Mucha importancia tiene para Herminio al corral de su casa, al que denomina “El patio de las energías básicas”, muy bien definidas y representadas con los propios artilugios que el artista pone en movimiento y causan admiración en los visitantes por ser exclusivos. Nadie se imagina poder encontrar tanto ingenio como el que se expone en el corral, en el que Herminio hace un homenaje a las energías que han sido primordiales en el progreso de la humanidad. En estas piezas se percibe el ingenio y creatividad del artista de Villabellaco, a parte del encanto del antiguo corral, en el que se puede adivinar con facilidad su antiguo uso ganadero y agrícola. Al visionar las esculturas te trasladan a tiempos pasados y oficios perdidos, en especial las esculturas que dedica a sus padres.

En el Museo Herminio Revilla tan importantes son las piezas de madera como las diferentes energías a las que Herminio aplica su propia tecnología, capaz de construir esas maquetas que demuestran cómo el agua ponía en movimiento esos artilugios humanos. Un espectáculo ver en movimiento la función de las esclusas del Canal de Castilla, así como los molinos, ferrerías o batanes, una distracción didáctica de la que disfrutan los niños y sus padres, al igual que los abuelos, que recuerdan tiempos pasados. Mucho mérito tienen las maquetas en movimiento, vivo reflejo de las labores rurales y de nuestros antepasados, que transmiten el ingenio del hombre para mover molinos y moler, crear energía, y el ingenio de Herminio para realizar esas reproducciones, como la de la antigua escombrera de una mina de Barruelo con la vagoneta subiendo por la empinada montonera.

Todos los materiales que emplea Herminio en sus trabajos son naturales, lo mismo usa una arandela de una bicicleta, que un radio, o múltiples objetos que los demás tiramos. El corral es el reino de las energías, en un extremo se aposentan en cobertizos grandes piezas de madera de una sola pieza. Tras la visita al corral se visitan cuatro salas llenas de trabajos, en los que están representados toda la vida e ingenio de Herminio. “En algunos troncos, me limité a retocar lo ya creado por la naturaleza y, en otros a sacar esa figura que pedía salir de su interior”. Próximo Capítulo:

Herminio Revilla ha sido una persona siempre preocupada por mantenerse al día en el mundo de la electricidad, electrónica, radio y televisión, “no me quedó más remedio que estudiar para mantenerme al día y promocionar en el trabajo”. Debido a las posibilidades económicas de sus padres no pudo estudiar más allá de lo que pudo hacer en los maristas y en la Escuela de Artes y Oficios de Barruelo de Santullán. Pero siguió con sus estudios después de encontrar trabajo y realizó varios cursos por correspondencia de radio, televisión y electrónica. Su aprendizaje, facultades y dominio de este campo le permitió una continua puesta al día en la fábrica de Galletas Fontaneda, y promocionar. Herminio se ha pasado la vida entre cables, aparatos de radio, y realizando maquetas en movimiento; con el tiempo probó modelar los troncos de madera, lo que le permitió realizar prodigiosas esculturas utilizando maderas muertas. Un experimento muy positivo para el artista fue cuando se le ocurrió unir la madera con la tecnología, un ejemplo de su primoroso ingenio, del que se puede disfrutar en el museo.


El Servicio Militar.- 

Gratos recuerdos guarda Herminio Revilla del Servicio Militar, su destino en “la mili” fue el Sáhara, allí pasó dos años, en el Centro de Transmisiones, donde sus conocimientos y titulaciones le sirvieron para sustituir a un sargento especialista en reparaciones de telefonía. Gozó Herminio de un servicio militar placentero, y en ese Centro de Transmisiones pudo hacer lo que más le gustaba. Tan importante fue su trabajo en el ejército que cuando se licenció le sustituyó un sargento especialista en trasmisiones, lo que demuestra que Herminio Revilla era un experto en el mundo de la telefonía.

Herminio Revilla

El imaginero forjado a sí mismo

Herminio Revilla ||||||💨CAPÍTULO III: Colegio de los Maristas de Barruelo. Fábrica de galletas Fontaneda.

Colegio Maristas y Escuela de Artes y Oficios.-

Herminio ayudaba a su padre en las labores agrícolas y ganaderas, y estudió hasta los 14 años en el colegio de los Maristas de Barruelo de Santullán. Su interés e ilusión por aprender un oficio, fue a base de sacrificio. Al salir de clase de los Maristas, completaba sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios en horario nocturno. Recuerda Revilla que a la vuelta de Barruelo a Villabellaco “lo pasaba mal al tener que venir de noche por un camino y recorrer los tres kilómetros entre bosques de robles y praderas con una linterna, y tenía miedo”, no se olvida de aquella noche cuando salió a su encuentro un lobo, pero sus temores y miedos les vencía su ilusión por aprender un oficio.

Herminio fotografiado en la furgoneta de Fontaneda

Trabajador de Galletas Fontaneda.-

A los 15 años, Herminio, comenzó a trabajar en la fábrica de Galletas Fontaneda. El joven Herminio comprendió que su familia necesitaba de su ayuda, y el mayor de los hermanos tenía que echar una mano para el sustento familiar. En Fontaneda descubrió el mundo laboral y mantuvo una buena relación con sus compañeros. Recuerda Herminio que Fontaneda no era la única galletera en Aguilar de Campoo, porque “en aquella época había nada menos que cinco fábricas de galletas, la primera Fontaneda, que llegó a tener más de 1.000 trabajadores, Galletas Gullón, Galletas Ruvil, Galletas Fontibre, y Galletas Tefe”, que proporcionaron mucha riqueza a la villa y a la comarca.

Mítico aparato de radio que Herminio tiene en su casa.

Pasión por la electricidad y la electrónica.-

Herminio Revilla dada su pasión por la electricidad, y las facultades demostradas en el Colegio de Artes y Oficios de Barruelo, se permitió desarrollar con facilidad su puesto de trabajo en la fábrica de galletas, donde trabajaba de ocho a doce horas, y disfrutaba de las reparaciones en directo, del mantenimiento eléctrico y bobinado de motores.

Era un enamorado de la electricidad y electrónica, un trabajo que le apasionaba. Dedicó sus primeros sueldos a realizar cursos por correspondencia sobre aparatos de radio y electrónica. En sus ratos libres se aficionó a la reparación de radios, que por aquel entonces daban mucho trabajo al no haber competencia, ni especialistas en este tipo de reparaciones. Herminio reparó infinidad de aparatos en Aguilar, algunos clientes se deshacían de sus radios, no querían repararlos y se lo entregaban a Herminio. De este modo el de Villabellaco se convirtió en un experto reparador de radios y en coleccionista. Disfrutaba desmontando los aparatos y sentía un inmenso placer al montar pieza a pieza cada radio, y más aún al lograr que funcionara. Esos antiguos aparatos se pueden admirar en su museo, además de bombillas centenarias y válvulas en perfecto uso y funcionamiento, tanto radios como bombillas.

El artista de Villabellaco. - 

Herminio Revilla Fernández nació un 18 de febrero de 1943, en la misma casa en la que se encuentra su museo en la pequeña localidad de Villabellaco, pedanía que pertenece a Barruelo de Santullán. Según Herminio: “En aquella época había necesidad de mucho y escasez de todo”, tiempos duros y de mucho sufrimiento en plena posguerra, por lo que Herminio, el mayor de ocho hermanos, no pudo disfrutar de muchos lujos en casa de sus padres, labradores humildes y pequeños ganaderos que sobrevivían con dificultades gracias a las cosechas de cereal y a sus animales.

Herminio Revilla con su padre

Sus maestros. – 

El primer maestro que tuvo Herminio fue su padre, que reparaba aperos de labranza y aparejos del ganado, y tenía la habilidad de fabricar sus propias herramientas. Herminio, muy observador y curioso, se fijaba en los trabajos que hacían las prodigiosas manos de su progenitor, quien le regaló una navaja el día de su décimo cumpleaños, “La navaja fue para mí el mejor regalo y la máxima satisfacción que podía tener”, fue su herramienta perfecta para aprender a esculpir la madera, adquirir destreza y desarrollar su ingenio. Con un trozo de madera fue capaz de hacer una cadena de una sola pieza, que muestra con orgullo en su museo.
Tras las enseñanzas de su padre y de su tío, tuvo Herminio otro maestro, de quien más lecciones aprendió, se trata de un vecino suyo que era vaquero. El vaquero cuidaba el ganado y pasaba el día tallando en madera, trabajos en los que Revilla puso toda su atención, hasta que aquel niño fue capaz de realizar sus propias obras.

La Cartilla Escolar de Herminio Revilla en la Escuela “Santa Bárbara” de Barruelo de Santullán.

Herminio no jugó con otros niños. - 

Gracias a sus hábiles manos, y a su portentosa imaginación, Herminio Revilla fabricó sus juguetes, bailarinas y chiflitos, bolas y pelotas de madera. Sorprende que no jugara con otros niños, su juego preferido era tallar la madera. Cuando iba a Barruelo, población minera, que en aquellos años era de las más importantes de España, junto con Guardo, Herminio observaba aquellas invenciones de las que no podía disfrutar en su pueblo, un ejemplo claro fue la luz eléctrica, le intrigaba cómo podían aquellos filamentos proporcionar luz a través de una bombilla; o cómo salía agua de un grifo. Todo llamaba la atención a Herminio: el movimiento de los vehículos, el de las bicicletas, y lo que tenía tracción mecánica.