La resistencia armada antifranquista en Palencia

La partida de Basilio Rabanal

El 10 de septiembre de 1948, tres desconocidos asaltaron en las curvas de Villosillo, entre Pisón de Castrejón y Tarilonte de la Peña, el vehículo que transportaba el dinero con el que la empresa minera Cántabro Bilbaína iba a pagar a sus trabajadores. Varios meses después fueron detenidos los autores del atraco, tres mineros de Santibáñez de la Peña encabezados por Basilio Rabanal. A pesar de que durante mucho tiempo el móvil del robo fue considerado simplemente económico, Jorge Ibáñez revela que en realidad formó parte de la resistencia armada contra la dictadura franquista, ya que sus autores, hombres con un fuerte compromiso político que habían combatido en el bando republicano durante la Guerra Civil, mantenían contacto con otros grupos guerrilleros y apoyaban sus acciones en la comarca.

La partida de Basilio Rabanal

El municipio de Santibáñez de la Peña se ubica en las sierra del Brezo. Los 3760 habitantes con los que contaba en 1940 estaban diseminados en trece núcleos de población que vivieron los mismos acontecimientos que poblaciones de mayor tamaño como Guardo, aunque con menor intensidad, debido al inferior número de mineros allí residentes y al hecho de que muchos de ellos realizaban una actividad mixta, compaginando la minería con el trabajo en el campo.

Todos los integrantes de la cuadrilla de Basilio Rabanal ejercían como mineros y residían en la localidad de Santibáñez. Los más veteranos, el propio Basilio y su cuñado Justo Allende, eran muy conocidos en la comarca como consecuencia de su activa militancia en la UGT con anterioridad a la Guerra Civil. Basilio conataba con una amplia experiencia en la lucha obrera y en la expansión de las ideas socialistas, llegando a colaborar en la redacción de Vida Social, principal cabecera socialista de la provincia. Este hombre, al que sus vecinos coincidían en señalar como persona "de gran inteligencia, muy aficionado a la lectura y de carácter emprendedor", también se cuenta entre los primeros proyeccionistas itinerantes que con ayuda de un cinematógrafo recorrieron la montaña palentina en los años 30.

Última actualización: Feb2025 | 583👀

Jorge Ibáñez Díaz
Aruz ediciones, 2015

A través de una selección de más de treinta fotografías, Jorge Ibáñez repasa los usos y las costumbres que durante siglos han determinado las formas de vida de la localidad perniana de Lores. Las imágenes muestran aspectos vinculados al trabajo y la economía de esta población, como la ganadería, la agricultura, la producción de madera o la labor ancestral de los carreteros. A su vez, recogen momentos lúdicos como el juego de los bolos, las fiestas patronales del verano, las peleas de toros o el mayo, además de otras actividades comunitarias como la huebra, la caza o la apertura de caminos y carreteras tras las grandes nevadas. Este conjunto de imágenes nos acercan al pasado de Lores y, al mismo tiempo, ilustran cómo fue la vida en otros tiempos en la mayoría de poblaciones de la Montaña Palentina.

• Los mozos

El término mozo hacia referencia a todos los hombres jóvenes y solteros del pueblo. Debido a la fuerza que les daba esa juventud, los mozos tenían múltiples funciones asignadas a lo largo del año y, por este motivo, existía una Junta de Mozos que se regía de una forma parecida al concejo.

• La Junta o Sociedad de Mozos en el valle de Castillería

Según recuerdan los mayores del valle, estaba formada por todos los mozos solteros del pueblo a partir de cierta edad. Esta edad dependía de las circunstancias, ya que si un año había pocos mozos entraban a la Junta mozos más jóvenes. Este hecho no gustaba en las familias, pero solía imponerse la decisión tomada por la Junta. Normalmente, se entraba a formar parte de esta sociedad entre los 14 y los 15 años. "Cuando venían pidiendo los mozos por las casas, pues si había alguno de 14 años le decían, ¡hala venga! ponte un abrigo ... y vente con nosotros".

Para entrar a la Junta se solía pagar una pequeña cuota, aunque en San Felices por los años cuarenta se había perdido esta costumbre y ya no se pagaba nada. En San Felices y en Estalaya, la Junta de Mozos recibía también el nombre de la Cofradía del Dulcísimo Nombre del Niño Jesús.

La Junta se regía por una serie de cargos, que se echaban cada año durante la cena el día Reyes. Esos cargos solían otorgarse por antigüedad. En el caso de Celada los cargos eran: un alcalde, un mayordomo y dos de la Junta. Normalmente, se echaba a alguno que tenía una casa grande, pues esa casa era la utilizada para las reuniones y las distintas celebraciones que se realizaban a lo largo del año. "Para echar el mayordomo se miraba a ver la casa que tenía".

En San Felices, en cambio, solo existían dos cargos: el de mayordomo, que se ocupa de dirigir la Junta, y el de fiel de fechas, regidor o contador, que de las tres formas se llamaba. Sus obligaciones eran las de llevar un saco o una cesta cuando se pedía por las casas, poner las velas al niño Jesús, ejercer como tesorero de los bienes que poseía la Junta y servir en las fiestas y reuniones de los mozos. Normalmente, el contador acababa ascendiendo a mayordomo.

En Estalaya, al igual que en San Felices, la Junta contaba con "un regidor y un mayordomo. Había una imagen del Niño Jesús y el mayordomo se encargaba de pedir en el pueblo para ponerle dos velas para que siempre durante la misa estuvieran encendidas" y para un vestido que tenía la misma imagen. "El regidor era pa hacer las fiestas que celebrábamos".

• Las ordenanzas

Las Juntas de Mozos llevaban un registro de sus actividades por escrito. Estos libros han desaparecido casi totalmente, pero gracias al maestro Luis Guzmán conservamos varias páginas del libro de actas de San Felices, las cuales datan de finales del siglo XIX. Fueron recogidas por él en los años cincuenta, época en la que se empleaban para envolver las meriendas de las vecerías. Los textos conservados dicen lo siguiente:

"En el lugar de Sanfelices/ a diez y nuebe dias del mes de Enero de este año de mil ochocientos setenta y nuebe; reunidos los mayordomos, el entrante Francisco la Fuente y el saliente Tomas Llorente, y los contadores Santos Llorente y Crisantos Gutierrez, para liquidar la cuenta del setenta y ocho para el setenta y nuebe; y el saliente da el descargo siguiente, segun costo de escritura y cuenta del haber recibido; la cantidad de sesenta y seis reales Vellon y haora tiene que entregar al entrante ciento diez reales vellon y es de un nobillo que se bendio; y ademas se le entrega al entrante la costodia ó mira de dos jatos que tiene a medias y para que coste lo firmamos los contadores y Mayordomos, dia y fecha arriba dichos".

Los contadores Crisantos Gutiérrez y Santos Llorente; El Mayordomo, Francisco de la Fuente; El saliente, Tomas Llorente".

"En el lugar de Sanfelices a diez dias del mes de Enero de este año de mil ochocientos ochenta; reunidos el mayordomo saliente Francisco la Fuente el entrante Andrés Anderez y los Contadores Tomas Llorente y Crisantos Gutiérrez para liquidar la cuenta del setenta y nuebe al ochenta; y el saliente da el descargo siguiente; que según consta de escritura de haber recibido la cantidad de ciento diez reales Vellon y haora tiene que entregar al entrante la cantidad de trescientos reales de Vellon y cada un nobillo que sebendio; y además se le entrega al entrante la costodia o mira de una jata que tiene amedia; y para que coste lo firmamos los Mayordomos y contadores día y fecha arriba dicho".