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José Vega Antuña | Profesor Mercantil | Vado Norte de Castilla, domingo, 1 de octubre de 1995 |
Vega Antuña nació en 1919 en Langreo, La Felguera (Asturias). Fue jefe Administrativo de las Minas de Felipe Villanueva y jefe del Economato que las minas pernianas establecieron en San Salvador: Sanfesa, La Vasco Cántabro, las dos de Redondo, Cuesta, Eugenia y Cobre. Siendo alcalde de La Pernía logró la fusión del Ayuntamiento de Redondo y Lores y le quedó una espinita porque no pudo conseguir la anexión de la Castillería, pueblos que años más tarde pasaron a depender del ayuntamiento de Cervera de Pisuerga. Fue el autor de un lema que sigue utilizándose todavía: «Pernía, paraíso palentino». Y, sobrepuesto a un infarto, pasaba aquellos meses estivales en los que hicimos la entrevista, en su casa de Vado, preguntándose por tantas cosas que desaparecieron, valorando siempre a las gentes que conoció, recordando su Asturias, pero impregnado hasta la médula de estas tierras a las que agradece la acogida y el trato recibido. ¿Qué dejaste en San Salvador?, le pregunto. Y la respuesta no tiene desperdicio: "Muchos amigos y muchas zancadillas de seres envidiosos, sin escrúpulos, y añadiría, sin alma, que fracasados y sin horizontes en la vida, no toleran y sufren porque el compañero, el vecino, e incluso el amigo, triunfa por su talento, esfuerzo y tesón." “La gente de fuera me estimulaba. No era por presumir, ni quería ser protagonista. Lo hacía por aquella gente que marchó de Pernía y que les entusiasmaba oír cosas de su tierra natal." Vega me recuerda cuando llamaban a huebra para abrir las carreteras, que la Campa era el “Chicote” de Madrid; el lento desmantelamiento de La Robla, el escaso apoyo que siempre tuvo la montaña por parte de las autoridades y las “Crónicas satíricas”, que publicaba en el Diario Palentino, por las que se hizo popular en Cervera cuando el fútbol estaba en auge.