Un sueño esquizofrénico
En provincias, hace siglos que la subvención es el equivalente al remolcador que saca los barcos del puerto. No hay lengua con denominación de orígen o poemario sin su pertinente ayuda. El problema no es de los comisarios, no digamos ya de los nacionalismos, sino que los alemanes, tan generosos por la sugestión de que un Sur rico les permitía vender más coches, han concluído que el ámbito donde se crea no puede ser también aquel donde florece el pedigüeño, que están hartos de prestar y que, en definitiva, lo que fundimos en ladrillos con nuestra paleta surrealista lo cenemos. Quien sabe si pasado el susto no será este aldabonazo la primera boya que avise de que accederemos a una era más austera pero también más racional. Sería un motivo de alegría para quienes creen, con justicia, que nos hemos pasado los últimos quince años embebidos por un sueño digno de un loco, no quijotesco sino esquizofrénico, creyéndonos Napoleón cuando apenas alcanzábamos para chusqueros.
Julio Valdeón Blanco
Escritor y periodista vallisoletano, afincado en Nueva York
Premio "Cossío" de periodismo, 2011
Última actualización, Ene2025 | +1.259👀
